Enlaces de accesibilidad

Deportes

Miami debería ser sede principal permanente del Clásico Mundial de Béisbol

Vista aérea del Loan Depot Park de Miami, o Marlins Park. (Foto: Roberto Koltun/OCB)

Unos 884 mil espectadores asistieron a los 40 juegos de los cuatro grupos clasificatorios del V Clásico Mundial de Béisbol, un evento que se afianza en el gusto de la fanaticada, a pesar de tener asignaturas pendientes a mejorar.

Entre los grandes aciertos de los organizadores en esta quinta edición fue designar al Loan Depot Park de Miami como sede principal del torneo, para acoger las acciones del grupo D, dos de los cuatro partidos de cuartos de final, las dos semifinales y la gran final.

La gran ensalada mixta que es Miami y su ubicación geográfica frente a la cuenca del Caribe, con cercanía con República Dominicana, Venezuela y Puerto Rico, hacen del estadio de la Pequeña Habana la sede ideal de este certamen, y así debería ser de manera permanente.

En el tercer WBC, con un formato diferente al actual, Miami acogió un grupo de segunda ronda, con gran éxito organizativo y una taquilla de 154,624 asistentes en sólo seis partidos, a un promedio de 25,766 por juego.

Para el IV, el entonces llamado Marlins Park fue sede de un grupo de primera ronda, lo que permitió a los organizadores locales preparar mejor las estrategias de mercadeo, pues de antemano conocían qué equipos formarían parte de esa llave.

La respuesta no pudo ser mejor: 163,878 fanáticos en seis juegos, a un promedio de 27,313 por encuentro y un ambiente de fiesta incomparable con cualquier otra sede.

En esta ocasión, con un formato distinto y cinco integrantes por cada grupo, el público respondió masivamente al parque de Miami, con una asistencia total de 295,850 en diez encuentros, una media de 29,585.

Para que se tenga una idea del éxito comercial que ha conseguido la Capital del Sol, basta compararlo con las otras tres sedes de primera ronda (Taichung, Tokio y Phoenix), donde las mayores concurrencias las consiguieron los equipos de casa, pero los demás participantes no lograron despertar mucho interés.

En la ciudad taiwanesa de Taichung, sede del grupo A, la asistencia total fue de 110,523, un mediocre promedio de 11,052.

En el Tokyo Dome, con una capacidad de 46 mil asientos, fueron 234,488 (23,448 como media), mientras que en Arizona se reportaron 242,650 asistentes, principalmente a los partidos donde jugaban Estados Unidos y México, para un promedio de 24,265.

Todavía restan cinco juegos más de cuartos de final, semifinales y final, con lo que la asistencia total podría acercarse al medio millón ¡sólo en Miami!

El WBC es un espectáculo y a sus promotores les conviene, por encima de todo, que suene la caja contadora, para ver que las inversiones estuvieron justificadas.

Y eso que en el grupo clasificatorio de Miami no fue incluida la selección de Cuba, donde tendría un apoyo considerable, pero también tendría muchos detractores, lo cual generaría una serie de problemas que, tanto las Grandes Ligas y la Confederación Mundial de Béisbol y Softbol (WBSC), como los Marlins, en su calidad de organizadores locales, tratan de esquivar en la medida de lo posible, hasta que se hace inevitable, como veremos el domingo en la primera semifinal.

Pero Miami es, por razones más que obvias, el mercado natural de Cuba, aunque la presencia de la selección, a la que muchos vinculan con la dictadura, cree una situación morbosamente interesante.

Vea todas las noticias de hoy

Cubano busca coronarse campeón de la WBO en el peso pluma

Foto Archivo. Robeisy Ramírez ganó bronce en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. (Yuri CORTEZ / AFP)

El próximo sábado 1 de abril, el boxeador cubano Robeisy "El Tren" Ramírez irá en busca de su primer título en el hotel Hard Rock de la ciudad de Tulsa, en el Estado de Oklahoma.

El dos veces campeón olímpico se medirá frente al ghanés Isaac Dogboe por la corona vacante de la Organización de Boxeo Mundial, WBO, en el peso pluma.

El “Tren” entrará al encuentro con una marca de 11 victorias, 7 de ellas por la vía rápida y un solo revés; mientras que su rival posee un récord de 24 ganadas, 15 a través del knock-out, y 2 derrotas.

Esta pelea será la más difícil en la carrera profesional del zurdo caribeño ya que Dogboe fue monarca anteriormente.

Es de destacar que la única mancha negativa en la carrera del pugilista cubano fue en su primer combate, después de haber desertado del equipo cubano.

De ese momento en adelante, Ramírez le entregó toda su confianza al maestro cubano Ismael Salas y, hasta la fecha, todos los resultados han sido a su favor.

Esperemos que esta combinación se mantenga intacta y Cuba clame un nuevo campeón mundial profesional.

Radio Martí transmitirá nueva temporada de Grandes Ligas con dos partidos el día inaugural

Estadio de Béisbol en Williamsport, Pennsylvania.

El jueves 30 de marzo a la 1pm Radio Martí brindará a los aficionados de la pelota en Cuba el primero de más de 150 partidos del béisbol de las Grandes Ligas que estamos planificando brindarles éste año en nuestro pasatiempo nacional.

Esto incluye temporada regular, juego de estrella, play-offs y Serie Mundial. Cobertura completa desde el primer día de arranque del campeonato nacional, hasta el último out de la Serie Mundial.

Y el 30 de marzo Radio Martí se viste de gala brindándoles una doble cartelera. Leyeron bien, dos partidos el día inaugural.

Arrancamos el jueves 30 de marzo a las 1pm con el emocionante choque interligas entre los Gigantes de San Francisco y los Yankees de Nueva York, dos de los clubes más emblemáticos en la historia del deporte y dos equipos que, según los expertos en la materia, deberían de clasificar a la postemporada éste año.


Luego a las 7pm ese mismo día los Medias Blancas de Chicago se enfrenan a los actuales campeones mundiales Astros de Houston. Sin duda alguna, varios peloteros cubanos van a participar en ese partido.

Pelota de Grandes Ligas por Radio Martí, jugada por jugada, con lujo de detalle, tres partidos por semana para nuestros oyentes en la isla.

Tal y como hacemos año tras año, será para nosotros un placer y un honor llevarles a nuestra audiencia cubana lo mejor del Béisbol de las Grandes Ligas.

Recuerden que por cuestiones de derechos de transmisión, la pelota de Grandes Ligas no puede salir al aire por Internet, así que los invitamos a escuchar las narraciones de MLB por las ondas Radiales (Onda corta y am).

Japón lo ganó todo y es el rey del béisbol mundial 

Jugadores del equipo de Japón celebran una victoria en el Clásico Mundial de Béisbol.

Japón derrotó 3-2 a Estados Unidos en un electrizante partido que tuvo un final digno de una película de Hollywood y se coronó campeón de la quinta edición del WBC.

Shohei Ohtani, seleccionado a la postre Jugador Más Valioso del certamen, ponchó en cuenta de tres y dos a su compañero de los Angelinos de Los Angeles, Mike Trout, para el último out del encuentro, que se jugó ante 36,098 fanáticos en el loanDepot Park de Miami.

Tanto Ohtani, como Trout, fueron los capitanes y abanderados de sus respectivas selecciones y se vieron las caras frente a frente por primera vez en seis años que llevan compartiendo titulares en las Grandes Ligas.

El diestro nipón, que todo el mundo esperaba que fuera el abridor del choque decisivo, fue usado por el manager Hideki Kuriyama como cerrador en el noveno, mientras que Yu Darvish, el otro iniciador estelar con que contaba, salió a trabajar en el octavo episodio.

Por cierto, Darvish, quien integró la selección japonesa campeona en el WBC de 2009, se unió a sus compatriotas Ichiro Suzuki, Akinori Iwamura, Munenori Kawasaki, Norichika Aoki y Daisuke Matzusaka como los únicos bicampeones en estos eventos.

Para Japón fue su tercera corona en cinco ediciones y la primera vez que la gana de manera invicta, algo que sólo había logrado República Dominicana en la tercera versión, en 2013.

Cada WBC deja siempre la sensación de que fue mejor que el anterior, pero que es un evento que necesita mejorarse.

La asistencia global al evento superó los récords anteriores, ayudado, en parte, por un cambio de formato que amplió de 39 a 47 el número total de partidos.

Un millón 306 mil 414 fanáticos acudieron a los cuatro estadios donde se desarrollaron los partidos, en Taichung, Tokio, Phoenix y Miami, este último como sede principal, donde se registró una asistencia de 475,269.

Las concurrencias superan cada vez la marca del torneo anterior, muestra del interés creciente que despierta a nivel de todo el planeta el WBC, que en su versión inaugural de 2006 convocó a 740,451, en 2009 fueron 801,408, en 2013, llegó a 885,212 y en 2017 superó por primera vez el millón, con 1,086,220.

Uno de los puntos que deja mayor inconformidad entre fanáticos y especialistas es la composición de los grupos clasificatorios.

Mientras que tres de los grandes animadores históricos del concierto beisbolero mundial, República Dominicana, Venezuela y Puerto Rico, se despedazaron en el grupo D en Miami, Japón transitó cómodamente la llave B, en la que encontró rivales sin ninguna tradición, como China y la debutante República Checa, mientras que Cuba, que ganó la zona A en la que todos quedaron con 2-2, llegó a semifinales sin vencer a ningún oponente de peso, hasta caer por humillante paliza frente a Estados Unidos.

Los organizadores de las Grandes Ligas y la Confederación Mundial de Béisbol y softbol (WBSC) deberían para el 2026 establecer cuatro cabezas de grupo y sortear a los demás integrantes, como se hace en las Copas Mundiales de fútbol.

Hablando de Mundiales de fútbol, nadie imagina al club Paris Saint Germain pidiéndole a su astro Lionel Messi que se abstenga de participar en el evento con la selección argentina, para preservarse para la temporada en Francia.

Ese es el gran problema a resolver por los jerarcas del WBC.

Los equipos de Grandes Ligas no deberían poner objeción alguna para que sus jugadores que así lo deseen, representen a sus países.

Aunque oficialmente no pueden hacerlo, por debajo de la mesa, las franquicias “sugieren” a algunos peloteros no ir al Clásico y concentrarse en la preparación para la larga temporada que está a punto de comenzar, sobre todo a aquellos con historiales de lesiones y en los cuales, los equipos tienen comprometidos decenas de millones de dólares.

No son todos los que están, ni están todos los que son. Se extrañaron nombres como Vladimir Guerrero Junior, Carlos Correa y Aaron Judge, entre otras brillantes estrellas de la actualidad.

Las devastadoras lesiones sufridas durante el WBC por el cerrador puertorriqueño Edwin Díaz, de los Mets de Nueva York, y el segunda base venezolano José Altuve, de los Astros de Houston, vienen desde ya a encender las alarmas y a ponerle argumentos en la boca a los dueños y gerentes generales en el camino de los permisos para el certamen del 2026.

El venezolano José Altuve es golpeado por un lanzamiento durante la quinta entrada del juego de béisbol en el Clásico Mundial de Béisbol en contra de Estados Unidos, el sábado 18 de marzo de 2023, en Miami. (AP Foto/Wilfredo Lee)
El venezolano José Altuve es golpeado por un lanzamiento durante la quinta entrada del juego de béisbol en el Clásico Mundial de Béisbol en contra de Estados Unidos, el sábado 18 de marzo de 2023, en Miami. (AP Foto/Wilfredo Lee)

Altuve recibió un pelotazo en la mano derecha que lo mantendrá fuera de acción por al menos los dos primeros meses de la campaña del 2023, mientras que Díaz fue operado tras lesionarse los tendones de la rodilla y se perderá toda la temporada.

Pero las lesiones forman parte del juego y tal como puede ocurrir en el WBC, pasa a diario en los partidos de los entrenamientos primaverales.

Esta es la gran tarea a resolverse. Si el WBC es el evento supremo del béisbol al nivel mundial, todas las mayores estrellas que muestren compromiso con sus raíces nacionales, deben hacerlo sin obstáculos, ni presiones, por mucho dinero que tengan invertido las franquicias en sus jugadores.

A fin de cuentas, toda inversión implica un riesgo.

Japón y Estados Unidos van por la gloria 

Japón celebra la victoria ante México en el LoanDepot Park. Sam Navarro-USA TODAY Sports/ Via Reuters.

Cuando parecía que México protagonizaría la mayor sorpresa en la historia de los Clásicos Mundiales de Béisbol, Japón sacó de donde no había, para imponerse 6-5 en el final del noveno y avanzar por tercera vez a la final del certamen.

La selección nipona hizo buena la frase del gran filósofo del béisbol, el inmortal Yogi Berra, de que “el juego no se acaba, hasta que se acaba”, y luego de estar debajo casi siempre en la pizarra, logró darle vuelta a la pizarra a la hora de recoger los bates.

Los mexicanos estuvieron a tres outs de eliminar a los superfavoritos asiáticos, pero el fenomenal Shohei Ohtani encendió la chispa con doblete y los japoneses marcaron dos en el cierre del noveno, remolcadas por el antesalista Munetaka Murakami, para mantenerse como los únicos invictos en todo el torneo.

Ahora tratarán de completar ante Estados Unidos la hazaña que sólo logró República Dominicana en el 2013: ganarlo todo desde principio a fin, sin la sombra de un revés.

El duelo entre estadounidenses y nipones no será inédito. De hecho, este será el cuarto enfrentamiento entre ambas potencias.

Estados Unidos se impuso en dos de ellas, en el 2006 cuatro carreras por tres en segunda ronda, y en el 2017, 2-1, en semifinales.

Japón obtuvo su único triunfo sobre los norteamericanos en el 2009, 9-4, también en semifinales.

No hay en el roster japonés ningún jugador que haya formado parte de las selecciones campeonas del 2006 y 2009, mientras que Estados Unidos tiene a dos que ya estuvieron en el equipo que se coronó en el 2017.

Se trata del primera base Paul Goldschmidt y el antesalista Nolan Arenado, ambos compañeros en los Cardenales de San Luis.

Si el Team USA consigue su segunda corona en fila, Goldschmidt y Arenado se unirían a un exclusivísimo club de bicampeones, todos nipones, que integran Ichiro Suzuki, Akinori Iwamura, Munenori Kawasaki, Norichika Aoki y Daisuke Matzusaka, este último, seleccionado como Jugador Más Valioso en 2006 y 2009.

Otro que tiene oportunidad de convertirse en bicampeón es el lanzador japonés Yu Darvish, que integró el equipo de Japón en el 2009 y ahora regresa a la final.

Hideki Kuriyama, manager de Japón, sorprendió al anunciar al zurdo Shota Imanaga para abrir el encuentro decisivo, cuando todo el mundo pensaba que semejante honor y responsabilidad recaería en Ohtani, o en su defecto, en Darvish.

Imanaga apareció en dos partidos anteriores en este WBC, ambos como relevista. Trabajó en total cuatro episodios, en los que permitió una carrera y propinó cinco ponches.

En siete temporadas en la Liga Profesional de Japón, ha trabajado en 143 partidos y sólo en 24 de ellos ha sido el iniciador.

Por su parte, Mark DeRosa, mentor de Estados Unidos, le daría la pelota al derecho Merril Kelly, un veterano de 34 años, aunque con sólo cuatro campañas en las Mayores con los Diamondbacks de Arizona.

Kelly fue el abridor en la primera ronda ante Colombia. Lanzó tres capítulos y no le fue muy bien: dos limpias y cuatro hits, con dos bases por bolas y un ponche, aunque se fue sin decisión.

Capítulo aparte para la selección mexicana, que se robó los corazones de la fanaticada en el LoanDepot Park, bajo el liderazgo de Randy Arozarena, el Charro de Vueltabajo.

Tal como ocurrió en 1981 con Fernando Valenzuela, México vive hoy la “Randymanía” y en redes sociales ya se difunden imágenes de niños que, tras batear imparables, se paran en la base de brazos cruzados, con la pose que se ha vuelto el sello de Arozarena.

Ya es hora de que la prensa deportiva mexicana empiece a darle a los peloteros el lugar y respeto que merecen, siempre marginados a segundos planos por un fútbol estéril, que no le ha dado al país ni la mitad de los triunfos que el béisbol.

Se queda en Miami cátcher cubano Iván Prieto

El pelotero cubano Iván Prieto. (Captura de video YouTube/CNC TV Granma)

Iván Prieto, miembro de la selección cubana que participó en el Clásico Mundial de Béisbol, no se presentó este lunes al Aeropuerto Internacional de Miami para regresar a la isla.

Prieto, receptor del equipo Granma en la Serie Nacional, y quien no formaba parte del roster de Cuba, sino que vino en funciones de cátcher de bullpen, permaneció en Miami tras abandonar el equipo, según dijo a Radio Televisión Martí el periodista de MLB Francys Romero.

El fotógrafo japonés Yuhki Ohboshi, quien ha seguido al equipo cubano a lo largo de su participación en el WBC, informó en sus redes sociales que Prieto "permanece en Miami sin regresar a casa".


Nunca antes un cubano había abandonado la selección en las cuatro ediciones anteriores de los Clásicos Mundiales.

Prieto, de 26 años, jugó siete temporadas en Cuba, por lo que calificaría para firmar con cualquier organización de Grandes Ligas como agente libre sin restricciones. Ello significa que no estaría sujeto a restricciones del mercado como agente libre internacional, categoría para la que los diferentes equipos tienen dineros limitados.

En la última campaña nacional, bateó para .317 de average, con seis jonrones y 38 carreras impulsadas en 249 turnos.

De por vida, promedia para .291, con 13 bambinazos y 108 remolcadas.

Cargar más

XS
SM
MD
LG