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Cuba

La crisis alimenta en Cuba, la carestía de productos agrícolas y la inflación

Un campesino labora la tierra en una finca en Cuba. (Archivo)
Un campesino labora la tierra en una finca en Cuba. (Archivo)

La crisis en Cuba está lastrando el rendimiento de sus campesinos, pieza fundamental para la seguridad alimentaria, lo que refuerza la espiral de desabastecimiento, inflación e importación masiva de productos agrícolas.

Productores como Lázaro Sánchez, se enfrentan diariamente a la falta de combustible, dificultades para adquirir fertilizantes y plaguicidas, e incluso demoras en los pagos por parte del Estado.

En la Cuba comunista, el Estado tiene un papel predominante en todo el proceso productivo, pues es el proveedor de insumos y quien les compra las cosechas, aunque las tierras estén en manos privadas.

Muchos economistas dudan de que en la situación actual este sistema sea pertinente y efectivo. EFE solicitó una entrevista al Ministerio de Agricultura y por el momento no ha obtenido respuesta.

Desde su finca familiar de Guanabacoa, a las afueras de La Habana, Sánchez explica a EFE que a veces no puede hacerse con plaguicidas, en su mayoría de importación, porque las autoridades "priorizan otros cultivos como la papa, la caña y el tabaco" y queda expuesto a plagas.

Este campesino produce hortalizas, granos y viandas y tiene un contrato con el Estado que le permite solicitar créditos, insumos y venderle sus productos.

Aunque defiende que los precios ahora son mejores para él que antes, se lamenta de que hace unos meses vendió al Estado una producción de col a 25 pesos cubanos (aproximadamente un dólar al cambio oficial) la unidad, pero que se "demoraron más de tres meses en pagarla".

"Perdí un dinero con el que le pago el salario a los trabajadores de la finca, además de una inversión que tardó en recuperarse", lamenta.

Como Sánchez, hay muchos guajiros en Cuba que se quejan de las condiciones en las que tienen que trabajar actualmente.

La suma de la pandemia, las sanciones de EEUU y los errores en la política económica interna han llevado a Cuba a una crisis multidimensional que provoca desde hace meses una fuerte escasez de productos básicos -de medicinas a combustible, pasando por alimentos-, una elevada inflación y una creciente dolarización.

En la actualidad apenas se siembra en Cuba el 48,7% del terreno cultivable.

El ministro de Agricultura, Ydael Pérez, reconoció que 2021 fue uno de los peores años para la producción de alimentos de la última década, incluso para cultivos icónicos de Cuba, como el azúcar y el tabaco.

El Gobierno, que aprobó este año una Ley de Seguridad Alimentaria, admitió que "la agricultura cubana no logra los niveles productivos necesarios para satisfacer la demanda de productos para los diferentes destinos".

La Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) estimaba recientemente que la isla caribeña debe importar cerca del 80% de lo que consume.

Orelvis Morales es dueño de una finca vinculada a una Cooperativa de Créditos y Servicios, un tipo de gestión agrícola donde el productor es el propietario de la tierra, pero se asocia para contratar servicios y hacer trámites a través del Estado.

Este militar retirado que reside en Bauta (occidente) señala a EFE que entrega al Estado hasta seis litros de leche al día de los casi 40 que produce. El Estado paga 9 pesos por cada litro si se cumple la cuota, sino sólo 7,50.

Morales, que reconoce que los insumos escasean, explica sin embargo que ha extendido su "hobby" a la agricultura y cultiva hortalizas, viandas, maíz, aguacate e incluso sembró 4.000 matas de rosas.

Precios por las nubes

Sánchez le vende una mano (manojo) de plátanos al Estado a 15 pesos y en la calle ronda fácilmente los 30.

Según testimonios recabados por EFE, en el campo y distintos establecimientos, el salto puede ser aún mayor: los alimentos alcanzan en las tiendas hasta el triple del valor pactado con el campesino.

"La gente se queja de los precios y le echa la culpa al campesino", se lamenta Sánchez.

El Gobierno cubano no publica regularmente un Índice de Precios al Consumo (IPC), pero las autoridades reconocieron que en 2021 la inflación alcanzó el 70% en el mercado regulado y los expertos estiman que en el mayoritario mercado informal superó el 500%.

Este repunte tiene distintos motivos: desde la propia escasez hasta el recurso a las importaciones, pasando por la controvertida implantación de una red estatal de tiendas que venden productos básicos sólo en divisas.

Actualmente, un cartón de 30 huevos puede costar en el mercado informal entre 800 y 1.000 pesos cubanos (entre 33 y 41 dólares al cambio oficial de 24 pesos por un dólar), una libra (450 gramos) de tomates unos 150 pesos (6,25 dólares) y una libra de carne de cerdo puede alcanzar los 300 pesos (12,5 dólares).

Esos precios llevan meses al alza y se incrementan casi a diario -como los de tantos otros básicos- en un país donde el salario mínimo ronda los 2.100 pesos (87 dólares) y las pensiones son de 1.528 pesos (casi 64 dólares).

El Estado cubano subvenciona a través de la libreta de abastecimiento una serie de básicos, pero esta canasta se ha ido recortando y en absoluto cubre las necesidades básicas.

63 medidas

El Gobierno cubano aprobó el año pasado 63 medidas para aumentar la producción agrícola y reducir el gasto en importación de alimentos, que supera los 2.000 millones de dólares anuales.

El paquete incluía bajar la tarifa de la electricidad y el agua a los agricultores, reducir el precio del pienso y permitirle al campesino comercializar el excedente de carne de res, leche y derivados tras vender su cuota al Estado.

Para la economista Tamarys Lien la situación en el agro cubano está ligada con otros problemas estructurales y precisa de soluciones de mayor magnitud.

"La crisis en el sector agropecuario está relacionada con la energética y la escasez de combustible, pero también con el funcionamiento y las formas de integración de ese sector de la economía", asegura a EFE.

En su opinión, "habría que expandir las oportunidades que se le dan a los campesinos y la independencia para actuar y las formas que tienen para establecer contratos, ya sea con los gobiernos locales o inversores extranjeros".

Que el Estado sea el "primer posible comprador de los productos agropecuarios no tiene sentido ni razón de ser en este punto, y habría que eliminarlo".

En esa línea, el economista Omar Everleny considera en una entrevista a EFE como "restricciones" que el Estado "le sigue dando al campesino el diésel, las semillas y la caja para recoger los tomates, además de que compra la mayor parte (de los productos) y establece precios".

A nivel global, "las medidas financieras sin un sustento productivo, pasando por la industria o la agricultura, no tendrán un crecimiento del Producto Interior Bruto que necesita la economía y se traduzca después en un bienestar para la población".

Para el economista cubano Pedro Monreal, la situación del campo "no es un simple trance coyuntural que se resuelve con listas de medidas".

"La crisis de rendimientos agrícolas requiere el desarrollo de una agricultura privada moderna, incluyendo transformaciones institucionales (propiedad y mercado) e inversión, mucha inversión", concluyó el experto.

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Régimen emplea cuatro autos patrulla para impedir que Camila Acosta visite a familiares de presos políticos en Cárdenas

Camila Acosta fue arrestada el pasado domingo en Cárdenas, Matanzas / Foto: Twitter de la periodista
Camila Acosta fue arrestada el pasado domingo en Cárdenas, Matanzas / Foto: Twitter de la periodista

La periodista independiente Camila Acosta fue detenida el domingo en Cárdenas, provincia de Matanzas, donde tenía previsto reunirse con familiares de presos políticos.

Acosta denunció lo sucedido través de una directa que publicó en CubaNet, diario para el cual trabaja, al bajarse del carro patrullero que la llevó de regreso a su casa en La Habana.

“Me detuvieron en Cárdenas, Matanzas. Me tenían un operativo montado –después supe- desde las seis de la mañana aquí, en la casa, pero bueno, yo me fui antes”, relató la joven periodista.

Según Acosta, tras arribar a la ciudad de Cárdenas fue arrestada por la policía política local.

“No estuve ni media hora, enseguida me detuvieron. Yo iba a visitar a los familiares de unos presos políticos, a brindarles mi apoyo, a hacer mi trabajo también. Y, bueno, no me dejaron”, comentó.

Según dijo, la llevaron para la Estación de la Policía, donde la mantuvieron detenida por una hora aproximadamente.

El regreso a la capital, explicó en el video, fue una carrera de relevo con cuatro autos patrulleros de los órganos represivos del régimen.

“Me montaron en una patrulla y hasta el intermitente del Punto de Control de Bacunayagua. Ahí me recogió otra patrulla hasta el Punto de Control de Guanabo y en Guanabo me recogió la patrulla que acaban de ver al inicio de esta transmisión, que me dejó aquí, al doblar de mi casa”, explicó.

“No hablaron conmigo, no me dieron explicaciones, simplemente, me montaron en la patrulla allí, en Cárdenas, y me dijeron que me iban a mandar para La Habana".

No obstante, Acosta -quien ha sido acosada durante años por agentes de la Seguridad del Estado- aseguró que seguirá haciendo su trabajo. "En otra ocasión, no sé si mañana, pasado, la semana que viene o dentro de un mes, pero yo voy a ir a visitar a esas personas que se quedaron esperándome”, advirtió.

La pasada semana la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) denunció la represión que ejercen las autoridades contra los periodistas independientes cubanos.

“En medio de la crisis económica de sobrevivencia, aquellos periodistas que aún no pueden o no desean emigrar sufren la tensión de la vigilancia continua, el acoso en contra de sus familiares y contactos y la amenaza permanente de arrestos arbitrarios y condenas a prisión”, explica el más reciente informe de la organización.

EN IMÁGENES: La situación de la basura en La Habana

Turista muere durante vacaciones en Varadero y la familia en Canadá recibe el cadáver de un ruso

Faraj Allah Jarjour, de 68 años, viajó junto a su familia a Varadero / Foto: Captura de video CtvNews
Faraj Allah Jarjour, de 68 años, viajó junto a su familia a Varadero / Foto: Captura de video CtvNews

Faraj Allah Jarjour, un sirio residente en Canadá, viajó a Cuba como turista en marzo pasado y falleció de un infarto mientras nadaba en la playa con una de sus hijas.

Su familia está ahora devastada porque luego de semanas gestionando la repatración del cadáver del hombre de 68 años, recibieron un cuerpo equivocado. En el ataúd que llegó a Canadá había un ruso, unos 20 años menor que Faraj.

"No era el cuerpo de mi padre. Era otra persona que no se parecía a él", dijo al canal CtvNews su hija, Miriam Jarjour.

El hombre se hospedó el 20 de marzo en el Mélia Varadero y murió dos días después. Según la familia, no había socorristas cerca de la playa, ni personal médico en las instalaciones del hotel, por lo que el cuerpo permaneció en la arena durante unas ocho horas.

De acuerdo al testimonio de su hija, pagaron diez mil dólares por la repatriación del cuerpo de su padre. No obstante, un mes después de su fallecimiento, aún no hay noticias de dónde puedan estar sus restos.

Canadá es actualmente el principal país emisor de turistas a Cuba. Según publicó este viernes la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), el 49.3% de los viajeros en el primer trimestre de 2024 eran de ese país.

Entre diciembre y marzo 399.272 turistas de Canadá visitaron la isla, seguido por Rusia, con 75.386 y Estados Unidos, 46.717, detalla el informe.

La prensa local canadiense publica a menudo testimonios sobre la mala calidad y atención en los centros turísticos de la isla. El mes pasado una de esas familias que viajó a Cuba contó la terrible experiencia que vivieron en el resort Meliá Marina Varadero.

Michele y Jessy Revivo, reisdentes en Ontario, tuvieron que cambiar de hotel porque lo que encontraron el primer día de su viaje fue desastroso.

“Tuvimos que usar las linternas de nuestros teléfonos móviles para encontrar nuestra habitación”, dijo Michele. Además, “había colillas de cigarrillos por todas partes y manchas en las paredes”. La pareja de canadienses había gastado casi 7.000 dólares en la reserva de su viaje con la agencia Transat.

Se acelera la inflación en Cuba por segundo mes consecutivo

Cubanos miran los precios de los alimentos en un negocio privado en La Habana - Imagen de archivo / Foto: Yamil Lage (AFP)
Cubanos miran los precios de los alimentos en un negocio privado en La Habana - Imagen de archivo / Foto: Yamil Lage (AFP)

Por segundo mes consecutivo la inflación oficial en Cuba volvió a aumentar. En marzo, alcanzó el 33,17% en el mes de marzo, un 1,09% más que en febrero, según los datos del Índice de Precios al Consumidor (IPC), publicados por la estatal Oficina de Estadísticas e Información (ONEI).

De acuerdo al economista cubano Pedro Monreal, entre las causas fundamentales está "el aumento de precios de los combustibles aplicado ese mes". No obstante, aclaró, "el alza de precios continúa explicándose principalmente por el creciente precio de los alimentos" en la isla.

"La inflación oficial ha entrado desde noviembre de 2023 en una meseta ubicada entre 31 y 34% de crecimiento. Es el tipo de dato que cuestiona la idea de que se avanza en la estabilidad macroeconómica", agregó el experto en un hilo publicado en su cuenta en la red social X.

Monreal advirtió que sin un aumento en la oferta de alimentos "es difícil asumir que se reduciría sustancialmente la inflación en Cuba", dado que estos siguen "liderando, por amplio margen, el aumento general de los precios al consumidor".

Sin embargo, en el mes de marzo el costo del transporte, las bebidas alcohólicas y el tabaco "fueron las divisiones con mayores incrementos mensuales de precios.

"Al concluir el primer trimestre de 2024 los datos oficiales indican el naufragio del componente antinflacionario del paquete económico de 2024 -anunciado de manera fragmentada y de zigzagueante implementación- con persistencia de un entorno inflacionario empobrecedor", concluyó el economista en su análisis.

Cabe destacar que la ONEI no incluye el crecimiento de precios en el mercado informal, donde los cubanos obtienen la mayoría de los alimentos que consumen en el mes.

A inicios de marzo, el economista Omar Everleny calculó el costo de la canasta básica para dos personas en Cuba tomando en cuenta los precios máximos de los alimentos publicados por la entidad.

Everleny, que calificó su análisis de “muy conservador”, dijo que el costo es de unos 20 mil pesos mensuales en un país donde el salario mínimo es de 2100 pesos.

“Hay diferencias y similitudes nacionales en la tabla, relacionadas entre otras causas en los diferentes niveles de ingreso por las provincias, no obstante, en todos los casos el precio para adquirir una cantidad de estos productos necesaria para garantizar una alimentación básica sobrepasa con creces el salario promedio”, explicó el economista en su texto publicado en La Joven Cuba.

En la inflación también influye los altos precios de la divisa, que en los últimos días ha alcanzado cifras récords. Este lunes, el dólar se cotiza en el mercado informal a 363 pesos cubanos (CUP), mientras que el MLC a 290 CUP y el euro a 370 CUP, según la tasa de cambio que publicada a diario el medio independiente elTOQUE.

Obispos remarcan necesidad de un diálogo nacional en Cuba: "la Iglesia Católica lo desea, y está dispuesta"

Procesión de la Virgen de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba, el 8 de septiembre de 2019. (AP/Ismael Francisco)
Procesión de la Virgen de la Caridad del Cobre, Patrona de Cuba, el 8 de septiembre de 2019. (AP/Ismael Francisco)

Obispos y otros miembros de la Sociedad Civil de Cuba coincidieron este domingo, en declaraciones a Martí Noticias, en la necesidad de favorecer una conversación entre diferentes actores de la nación para buscar una respuesta efectiva a la crisis que asola la Isla.

El presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, Monseñor Emilio Aranguren, Obispo de la Diócesis de Holguín, remarcó la importancia del diálogo esclarecedor.

“En Cuba utilizamos el dicho ‘hablando nos entendemos’. Es importante, por tanto, tener la disposición y el espacio para conversar sobre el bien común, que es propiamente lo nuestro, por eso considero que lo importante es tener la disposición. Como es lógico, la Iglesia Católica lo desea, y está dispuesta, para intercambiar con cuantos grupos integramos la sociedad", afirmó.

Añadió que un estado laico está integrado por grupos intermedios, y cada grupo "tiene su punto de vista, también sus criterios, y eso es lo que hace falta conversar, que es lo que, verdaderamente, logra el bien común", afirmó.

El Arzobispo de Santiago de Cuba Dionisio García Ibáñez, evaluó, por su parte, que “por el bien de este pueblo, la iglesia, de la misma manera que ayuda a otras personas, está dispuesta siempre a cooperar, pero eso significa también que las partes quieran y se les pida”.

Las declaraciones de los obispos, coinciden con las hechas la semana pasada por el Secretario Adjunto de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, el padre Ariel Suárez, al medio estadounidense NBC. Suárez dijo que la Iglesia católica está disponible para facilitar el diálogo, “si los distintos actores políticos” lo acuerdan, para encontrar una solución a la crisis que vive el país.

Suárez recordó las protestas que sacudieron el extremo oriental del país en marzo pasado.

“En las protestas del 17 de marzo pasado, este dolor se convirtió en un grito, en un grito que fue escuchado y que ha sido aceptado, digamos, por todos los niveles del país”, señaló Suárez. “Ese grito reflejaba angustia, reflejaba desesperación, y que la gente pedía, evidentemente, una situación diferente a la que estaban atravesando”, agregó.

El 17 de marzo pasado, cientos de pobladores de la capital santiaguera, del municipio El Cobre en la misma provincia y de Bayamo, en la provincia Granma, salieron a las calles a pedir alimentos, medicinas y el fin de los constantes cortes del servicio eléctrico.

Los problemas que reclamaron los manifestantes tuvieron un alivio momentáneo, pero siguieron sin resolverse, pese a las promesas de las autoridades gubernamentales.

La entrevista de Suárez presta atención a la declaración difundida, tras las demostraciones de marzo, por la diócesis de Holguín, que encabeza Aranguren.

“Como iglesia, nos corresponde apoyar la creación de espacios de diálogo donde puedan participar los diferentes sectores de la sociedad, para encontrar caminos que nos ayuden a seguir adelante con una disposición tranquila y esperanzada”, advierte el comunicado.

Suárez indicó que los obispos han convocado a rezar para que “quienes están en el poder tengan la sabiduría y la audacia para tomar decisiones que beneficien la vida de las personas”.

Al respecto, el activista político Manuel Cuesta Morúa cree tener el consenso de dos plataformas que agrupan a varias de las organizaciones de la Sociedad Civil independiente cubana: D’Frente y el Consejo para la Transición Democrática en Cuba.

“Eleva a un nivel de conciencia social y política, y sobre todo nacional, que es el enfoque fundamental en este momento, a una institución, justamente, como la Iglesia Católica, con sedimento histórico en la fundación misma de la nación, que yo creo que eso es clave, porque genera una capacidad de consenso importante para todos los cubanos, independientemente de la diversidad religiosa”, subrayó el politólogo.

“Creo que es clave que los actores de la sociedad civil y los actores de la comunidad política prodemocrática apoyen este llamado en un diálogo que, por supuesto, debe incluir a todos cubanos, fuera y dentro, sobre todo, los que tienen una voluntad positiva de enrumbar un proceso que es complicado de transición democrática, en el que se beneficien todos con la participación de todos”, resaltó.

En relación con las afirmaciones del Padre Ariel Suárez, el periodista independiente y analista Evert Oscar, desde Moa, Holguín, se mostró reticente.

“Habría que preguntar si le es posible enumerar con nombres y apellidos cada factor que contempla elegible para parlamentar, mesa por medio, con la empresa criminal conjunta, que es también la dueña de esa mesa y sus asientos, así como de la prensa que oficiaría para documentar lo convenido a la usanza dictatorial, editando y filtrando”, dijo en referencia al régimen cubano y la prensa estatal.

“Los enquistados en el poder se arrogan el derecho a designar a los que se sentarían a teatralizar la farsa que vende bien al mundo, prueba de ello es lo fácil que han minado y suplantado a la sociedad civil cubana, con actores propios y parciales, de muy flexible moral, para camuflar al estado fallido de emprendedores lícitos”, opinó.

No obstante, el también vicesecretario de la Conferencia Episcopal cubana expresó su deseo de que las diferentes posiciones “no sean hostiles” entre sí y que “puedan ayudar a encontrar las soluciones concretas que este pueblo necesita”.

“Sí hay contradicciones y las hostilidades de todo tipo vigentes hace tanto tiempo, que no las generó el pueblo nuestro y sí los delincuentes con los que pretende, nos reunamos y razonemos”, puntualizó Evert Oscar.

Líderes opositores al régimen han precisado que la solución pasa por una transición pacífica de Cuba hacia una democracia que garantice los derechos humanos y las libertades civiles del pueblo.

En el Plan Pastoral 2023-2030 de la Iglesia se despliegan consecuencias de la política económica del régimen como la carencia de alimentos y medicinas, la inflación y el malestar creciente de una población agobiada por la crisis.

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