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Las ventajas de los dictadores


Ecuador's president Rafael Correa meets to Ecuadorean citizens living in Caracas, Venezuela, on 29 July 2013. Correa is in this country in an official visit where he met to his Venezuelan counterpart, Nicolas Maduro. EFE/Miguel Gutierrez
Ecuador's president Rafael Correa meets to Ecuadorean citizens living in Caracas, Venezuela, on 29 July 2013. Correa is in this country in an official visit where he met to his Venezuelan counterpart, Nicolas Maduro. EFE/Miguel Gutierrez

El caso de Correa es de interés porque el gobernante ecuatoriano estudió economía en una universidad estadounidense.

Los dictadores tienen muchas ventajas. Ellos no tienen que contar con el voto popular ni consultar con nadie sus decisiones. En su feudo son reyes. El pueblo sirve sólo para hacerle alabanzas y para obedecer.

Así gobierna Rafael Corre en el Ecuador. Igual que los hacen otros caudillos modernos como Evo Morales en Bolivia, Daniel Ortega en Nicaragua, Nicolás Maduro en Venezuela, Cristina Fernández de Kirchner in Argentina, y por último los añejos hermanos Castro en Cuba.

Todos ellos, con la excepción de los hermanos Castro, gobiernan con un fino barniz de democracia. La mayoría de ellos son electos en elecciones amañadas con resultados finales antes de que comience la votación. Si le quitamos la capa de barniz, estos dictadores modernos no son diferentes de los que tuvimos en el pasado.

Los de ahora tienen un credo socialista. Sus predecesores eran derechistas. La diferencia en filosofía política no importa. En ambos casos los que están cerca de ellos se enriquecen. Al pueblo hay que darle palos si protesta demasiado.

El caso de Correa es de interés porque el gobernante ecuatoriano estudió economía en una universidad estadounidense. Es joven, y a los que lo apoyan es un líder carismático. Muchos dicen que es el heredero de Hugo Chávez. No contamos a Raúl y a Fidel en esta lista porque ellos están en una liga propia por llevar más de cinco décadas en el poder.

Vivir en el Ecuador de Correa no es fácil. Poco a poco ha ido apretando tuercas en el país y ya los que le critican lo hacen sabiendo que corren un riesgo serio.
Ecuador ahora tiene una ley de medios que monitorea, vigila y castiga a los dueños de medio y a los periodistas que osan criticarlo seriamente.

Eso le ha permitido a Correa cambiar radicalmente de opinión y decir que va a permitir a la industria petrolera buscar el oro negro en el Parque Nacional Yasuni. Este sitio en la amazonia ecuatoriana fue designado por la UNESCO en 1989 como una zona importante para el mundo por motivos ambientales. En ella hay miles de plantas y animales protegido. Además viven poblaciones indígenas que han decidido vivir apartados del mundo moderno.

Correa dice que el es un protector del medio ambiente y por eso exigió que la comunidad internacional le pagara $3,800 millones para cubrir la mitad de los ingresos que el país devengaría si permite la explotación de petróleo en la zona. El 15 de agosto Correa dijo que la comunidad internacional no había cumplido con su deber y por ende el había decidido permitir la exploración y el desarrollo del Parque Nacional Yasuni.

Al hacerlo le advirtió a los medios de prensa que si los mismos lo criticaban demasiado el iba a prohibirles publicar diarios y revistas en papel. Iban a tener que publicar sólo en la internet. Eso dijo era por motivos ambientalistas.

Correa también vigila y controla los nuevos medios de comunicación. Todo el que insulte a sus gobierno en Twitter o Facebook puede ser condenado con hasta dos años de cárcel. Le dijo a los estudiantes universitarios que si protestaban los expulsaría de las universidades. También quiere silenciar a las organizaciones no gubernamentales (ONG) y le dio asilo político en su embajada en Londres da Julian Assaange, el responsable de Wikileaks.

El hombre fuerte de Ecuador Correa ya no reconoce al Tribunal de Arbitraje del Banco Mundial y quiere hacer lo mismo con la Corte Permanente de Arbitraje con sede en La Haya y con la Comisión de los Derechos Humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA).

Es irónico que Correa haya decidido abrir el Parque Nacional de Yasuni a las exploración petrolera. El es el mismo que por años ha librado una batalla sin cuartel contra las petroleras Chevron/Texaco porque supuestamente hace 20 años estas empresas dañaron una zona selvática cerca de donde nace el Río Amazonas en el noreste de Ecuador.

Este pleito legal comenzó mucho antes que Correa tomara el poder, pero él se ha convertido en su principal abanderado. De acuerdo a un artículo publicado por la revista Business Week en julio, el juicio estuvo repleto de fraudes. El tribunal en Ecuador decidió que la compañía tenía que pagar $19 mil millones en daños al Ecuador. Como la empresa norteamericana no tiene propiedades en Ecuador dijo que no pagaría ni un centavo y ahora un nuevo juicio ha comenzado en un tribunal federal en Nueva York.

Esto va a hacer difícil que Correa consiga un nuevo grupo de inversionistas que quieran arriesgar su dinero sin garantías que un buen día Correa se despierte y decida confiscarle las inversiones alegando que han dañado el medio ambiente.
No la cosa no es fácil cuando los dictadores son los que acusan, juzgan e imponen sentencia. Así funcionan los dictadores y eso les dificulta acceso al capital internacional.
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