El testamento indica además que el fallecido Pontífice no dejó bienes materiales y que pidió que todas sus notas personales sean incineradas.
El documento de 15 páginas está escrito en polaco en diferentes períodos de la vida del Papa a partir de 1979, es decir, un año después de ser elegido sucesor de San Pedro.
En 1982, Juan Pablo Segundo consideró la posibilidad de que sus funerales fuesen realizados en Polonia, su país natal, pero en 1985 dejó la decisión sobre sus exequias en manos del Colegio Cardenalicio.
En el documento mencionó solamente a dos personas aún con vida: su secretario privado y el Gran Rabino judio de Roma, quien lo recibió en la sinagoga de la capital italiana en 1986.