Los participantes en la cumbre celebrada en Yakarta, Indonesia, acordaron otorgar un alivio a la deuda de las naciones afectadas y alcanzaron un consenso sobre la necesidad de instalar un sistema de alerta de maremotos en el Océano Indico.
La declaración final de la reunión también solicita a Naciones Unidas que movilice a la comunidad internacional y pide una mejor coordinación y cooperación en los esfuerzos humanitarios.
El sismo en el Océano Indico y el maremoto que le siguió causaron cerca de 150 mil muertos y dejaron a más de un millón y medio de personas sin hogar. Fuentes médicas advierten que la cifra podría duplicarse.
Kofi Annan, secretario general de Naciones Unidas, dijo que el darle ayuda a los millones de víctimas de la catástrofe se ha convertido en una carrera contra el tiempo, y agregó, “Hasta 150 mil personas se encuentran bajo extremo riesgo si ocurre un brote epidémico en las zonas afectadas”.
El presidente indonesio Susilo Bambang Ydhoyono, anfitrión de la cumbre y dirigente de la nación más afectada dijo que la tragedia era “el más destructivo desastre natural jamás acordado… y nuestra respuesta a esta catástofre sin precedentes debe ser igualmente sin precedentes”.