El magistrado ordenó a los fiscales que le preguntaran a uno de los testigos del caso, el sobrecargo Abilio Hernández García, si desea cambiar las declaraciones emitidas durante el juicio.
El juez King concedió ocho días a los abogados defensores para ponerse en contacto con el testigo Hernández García, quien al momento de declarar pudo haber sido influido por el hecho de que tenía que regresar a Cuba.
Hernández testificó que había sido atado y amenazado con un cuchillo en la garganta durante el secuestro, pero los abogados defensores arguyeron que no se trataba de piratería aérea, sino de un plan bien diseñado con los tripulantes del avión para escapar del comunismo.
El Gobierno de Estados Unidos no apoya ni alienta la inmigración ilegal, y a los que desean llegar a su territorio les aconseja hacerlo utilizando los medios legales.