El presidente George W. Bush y el Primer Ministro británico, Tony Blair, declararon el viernes en Washington que a pesar del recrudecimiento de la violencia, Irak será libre.
"El Primer Ministro y yo hemos tomado nuestra decisión: Irak será libre. Irak será independiente. Irak será una nación pacífica y ni el temor ni la intimidación nos harán titubear", declaró Bush en una conferencia de prensa conjunta con Blair después de conversaciones que sostuvieron en la Casa Blanca.
Blair reafirmó su determinación de continuar la reconstrucción de Irak y dijo que Naciones Unidas tendrá un papel central en el desarrollo de la democracia en aquel país.
Estados Unidos y Gran Bretaña quieren que el Consejo de Seguridad apruebe dentro de poco una resolución que defina el papel de Naciones Unidas.
Bush y Blair también hablaron durante su reunión sobre la situación en Afganistán y del cambio de política de Estados Unidos en el conflicto de israelíes y palestinos.
Bush aceptó el plan del primer ministro israelí Ariel Sharon, que consiste en la retirada de colonos judíos en la Franja de Gaza, el mantenimiento de las colonias judías en Cisjordania y la prohibición del regreso de los refugiados palestinos que salieron de Israel en 1948, cuando se fundó el Estado judío.
La aceptación de este plan, que representa un viraje en la política exterior de Estados Unidos, ha provocado protestas en el mundo árabe.
Bush expresó la esperanza de que las negociaciones comiencen "algún día" para que la ocupación de Israel termine y se establezca un Estado palestino independiente.
"Apoyo este plan. Es una oportunidad. Da a los palestinos la oportunidad de crear un gobierno reformado, justo y libre. El liderazgo palestino debe aceptarlo", declaró Bush.