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Dos cubanos firmados por los Yankees; ya son 20 en todos los tiempos

El logo de los Yankees de Nueva York.

El pitcher Osiel Rodríguez y el 'short stop' Alexander Vargas acaban de ser firmados por el mítico equipo neoyorquino.

Los Yankees de Nueva York acaban de firmar al pitcher Osiel Rodríguez y al campo corto Alexander Vargas, y así sube a 20 la lista de cubanos que han jugado en el codiciado equipo.

Esta semana los Yankees confirmaron que Rodríguez, un jovencito de 16 años, oriundo de Ciego de Ávila y con un poder de 97 millas en su bola, fue contratado por $600.000 dólares, lo que confirmó por qué permanecía en el puesto número 10, entre los treinta prospectos más importantes del mercado internacional de las Grandes Ligas.

Vargas, por su parte, el short stop de 16 años nacido en Matanzas, que se había colocado en el lugar número 8 del ránking, fue firmado por $2.500.000 dólares. Su contratación inicial se compara a la del estelar Gary Sánchez, que en sus inicios en 2009 fue acogido por $3 millones.

Según la lista MLB Pipeline, las potencialidades de ambos jovencitos fueron observadas por cazatalentos de al menos diez equipos. ​

Vargas es un bateador ambidiestro que golpea con fuerza la bola y se destacó por la rapidez a la hora de sacar el madero.

​El matancero, de 6 pies de altura, hala mejor la bola hacia el lado izquierdo, pero los analistas creen que puede mejorar muchísimo llevándola también hacia el lado derecho.

En cambio una de sus divisas a explotar va ser la velocidad en el corrido de bases, por lo que está en los pronósticos de poder hacer treinta robos de bases en una temporada, lo que sube aún más su valor en el mercado.

Aunque llegó mucho más tarde al mercado que los demás en la lista, su sagacidad le permitió rastrear varias bolas en el jardín central. Equipos como los Dodgers, los Indios y los Rangers pretendieron llevarse a casa al pupilo entrenado y representado por Ruddy Santin.

¿Apoyo para Aroldis Chapman?

Pudiera ser que los Bombarderos del Bronx estén tras la pista de un serpentinero que emule la espectacularidad que hoy brinda el cubano Aroldis Chapman.

Osiel Rodríguez, a quien han beneficiado con un contrato de $600.000, es un espigado muchacho de 6‘3 de estatura que aunque su recta máxima fue computada en las 97 mph, tiene un arsenal de lanzamientos que van desde la curva, el cambio al slider.

Los analistas han anotado que probablemente, al entrar a los campos de entrenamientos los Yankees le pidan que se concentre solamente en tres lanzamientos. Porque, asegura -MLB Pipeline- han notado algunos bajones de velocidad en los disparos al plato, atribuidos al cansancio en los espectáculos de exhibición.

Otras de las características de Rodríguez la violencia de su arrancada, que a veces puede afectar el control, pero con un seguimiento a la altura de los entrenamientos en Grandes Ligas no constituye ninguna preocupación, aseguran las fuentes.

Rodríguez tiene sobre sí los ojos de quienes han confiado en su “gran brazo”, exhibido cuando jugó en los equipos Cuba 15-18, hasta llegar a las manos del estelar preparador dominicano Fausto “Chiqui” Mejía, un mago que ha corregido a estrellas como Dellín Bentances y Wily Peralta.

Aquí la lista de jugadores cubanos que han pasado por los estadios de los Yankees de Nueva York:

Ángel Aragón

Nacido en La Habana, este infielder jugó desde 1914 hasta 1917 con los Yankees. Bateó de por vida .118.

Armando Marsans

Jardinero e inicialista, este matancero brilló con los Rojos de Cincinnati y pasó sus dos últimos años con los Yankees desde 1917 a 1918. Con Nueva York bateó .232 en 62 partidos.

Willy Miranda

Campocorto, jugó nueve años en la gran carpa, aunque dos con los Yankees de 1953 a 1954. Bateó de por vida .221 y con los Yankees .241.

Pedro Ramos

Lanzador, nació en Pinar del Río en 1935. Jugó 15 temporadas en la gran carpa y fue líder en derrotas en cuatro contiendas. Con los Yankees jugó de 1964 a 1966 y dejó efectividad de 3.05 en 130 partidos.

Luis Tiant

“El Tiante”, uno de los más grandes lanzadores cubanos en la historia, trabajó con los Yankees al final de su carrera de 1979 a 1980. Actuó en 55 juegos con Nueva York y dejó balance de 21-17 con 4.31 de efectividad.

Bobby Ramos

Receptor, jugó un año con los Yankees en 1982 y bateó sólo .091. Jugó seis temporadas en las Grandes Ligas.

Bert Campaneris

Jugó 19 años en las mayores y su última, en 1983, fue con los Yankees. Conectó para .322 en 143 juegos.

Orestes Destrade

Nacido en Santiago, bateador ambidextro jugó el primero de los cuatro años que estuvo en las Grandes Ligas con los Yankees. Con Nueva York disparó para .263 en nueve encuentros.

Orlando “Duke” Hernández

El cubano con más éxito en la historia de los Yankees, jugó seis años en Nueva York y ganó 61 encuentros con ese equipo. Ganó tres anillos de Serie Mundial con esa franquicia, además de uno como Jugador Más Valioso de una Serie de Campeonato.

Tony Fossas

Lanzó 12 años en las Grandes Ligas, y en su último lo hizo con los Yankees. En 1999 trabajó cinco partidos con Nueva York.

José Canseco

Jugó en el penúltimo año de su carrera con los Yankees. En 2000 bateó .243 con seis jonrones.

Adrián Hernández

Conocido como “El Duquecito”, lanzó ocho de sus 14 juegos con los Yankees desde 2001 a 2002. Tuvo 5.46 de efectividad en Nueva York y nunca ganó ningún partido.

Michel Hernández

Catcher, jugó cinco partidos con los Yankees en 2003. Bateó un hit en cuatro turnos.

José Contreras

Lanzador, jugó su primera temporada con los Yankees en 2003 y tuvo foja de 7-2. Al año siguiente dejó 8-5 y fue canjeado a los Medias Blancas de Chicago.

Juan Miranda

Inicialista, hizo su debut en la gran carpa con los Yankees en 2008. Se mantuvo en la franquicia hasta 2010, y terminó produciendo .253 con cuatro vuelacercas.

Amauri Sanit

El habanero trabajó en cuatro partidos en las Grandes Ligas, todos con los Yankees en 2011. En siete innings le hicieron 10 carreras limpias.

Raúl Valdés

El zurdo lanzó en 2011 con los Yankees y tuvo 2.70 de efectividad en seis encuentros.

Aroldis Chapman​

"El Misil Cubano", el holguinero Chapman ingresó en los Yankees en diciembre de 2015, fue canjeado a los Chicago Cubs el 25 de julio, lo que le permitió disputar la Serie Mundial de ese año y ganar el codiciado anillo de Grandes Ligas. Actualmente posee el récord del lanzamiento más rápido medido en Grandes Ligas (106.9 Mph)​.

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A palo limpio, EEUU destruye el espejismo del #TeamAsere (VIDEO+Fotos)

Cubanos siguen la semifinal entre EEUU y el equipo nacional de la isla, en La Habana, este 19 d emarzo. (REUTERS/Alexandre Meneghini)

Al final, todo era un espejismo.

Hablando en términos boxísticos, la selección cubana no aguantó ni un golpe en el primer round frente a Estados Unidos y, ante cada batazo de sus rivales, sólo les quedaba rezar para que la paliza terminara de una buena vez.

Cuba se despide del Clásico Mundial de Béisbol con la errada sensación de ser uno de los cuatro grandes del torneo cuando, en realidad, tuvo un papel común y corriente ante rivales de segunda línea dentro del concierto peloteril internacional.

Roel Santos pide ayuda tras choque del tercera base Yoán Moncada contra su compañero en el sexto inning de la semifinal EEUU vs. Cuba, en el LoanDepot Park de Miami. (AP/Marta Lavandier)
Roel Santos pide ayuda tras choque del tercera base Yoán Moncada contra su compañero en el sexto inning de la semifinal EEUU vs. Cuba, en el LoanDepot Park de Miami. (AP/Marta Lavandier)

El llamado #TeamAsere se va con un balance mediocre de 3-3 en el certamen, en el que venció a Panamá, Taiwán y Australia, pero cayó frente a Países Bajos, Italia y Estados Unidos.

En el grupo clasificatorio A, todos terminaron con récord de 2-2 y sólo el diferencial de carreras le dio a Cuba el primer lugar, lo cual le permitió evitar al poderoso Japón en cuartos de final y chocar contra los australianos, a quienes derrotaron con apuro, con cerrado margen de 4-3.


A la única potencia beisbolera que enfrentó la selección cubana fue a Estados Unidos y el resultado de 14-2 fue un contundente golpe que esfumó la nube de excesivo optimismo en la que se montaron tanto los fanáticos de la isla, como los dirigentes políticos del régimen, incluido el gobernante Miguel Díaz Canel, en medio de una campaña para mostrar una supuesta unidad en torno al #TeamAsere.

Los estadounidenses, campeones de la edición anterior del WBC en el 2017, quedaron listos para tratar de refrendar su corona ante el ganador de la segunda semifinal, que disputan este lunes los japoneses y los mexicanos.

Trea Turner celebra su jonr[on en el sexto inning del juego contra Cuba, en la seminifinal del WBC. (AP/Wilfredo Lee)
Trea Turner celebra su jonr[on en el sexto inning del juego contra Cuba, en la seminifinal del WBC. (AP/Wilfredo Lee)

El zurdo Patrick Sandoval, quien juega en las Mayores para los Angelinos de Los Angeles, fue la designación del manager Benji Gil para abrir el crucial encuentro por la selección azteca.

Sandoval, de 26 años, lleva cuatro temporadas en el mejor béisbol del mundo, donde exhibe foja de diez triunfos, 24 derrotas, y efectividad de 3.70 en 63 partidos, 56 de ellos como iniciador.

México ganó el grupo C, que se disputó en Phoenix, Arizona, al terminar con récord de 3-1, mientras que el cuartos de final eliminó a Puerto Rico en gran partido que terminó con score de 5-4.



Por su parte, el derecho Roki Sasaki, de 21 años, subirá a la lomita por los nipones. Ostenta la marca del pitcheo más veloz hecho por cualquier lanzador japonés, con 102.4 millas por hora y podría convertirse en breve en la próxima estrella de su país en llegar a las Ligas Mayores de Estados Unidos.

En abril del año pasado, con su equipo Chiba Lotte Mariners, Sasaki lanzó un juego perfecto, en el que propinó 19 ponches.

Pero más allá de Sandoval y Sasaki, los ojos estarán puestos sobre Randy Arozarena y Shohei Ohtani, quienes han sido, junto al campocorto estadounidense Trea Turner, los jugadores más sobresalientes de este WBC.

Arozarena, el Charro de Vueltabajo, suma ocho hits en 17 turnos (.471), con cinco dobletes, un jonrón y nueve carreras impulsadas, además de ser el autor de la que viene siendo la jugada defensiva del torneo.

Ohtani ha estado inmenso, tanto con el madero, como desde el montículo.

Al bate, lleva de 16-7 (.438), tres biangulares, un cuadrangular y ocho remolcadas, mientras que como pitcher, en dos aperturas ostenta marca de 2-0, con diez ponches en 8.2 entradas de actuación.

Japón, campeón de las primeras dos ediciones del WBC, en 2006 y 2009, sale como favorito para vencer a México y avanzar a la final del martes frente a Estados Unidos.

Cuba vs. EEUU, más allá de un simple juego de pelota (VIDEOS)

Peloteros cubanos celebran la victoria frente a Australia que le sdio el pase a la semifinal de este domingo frente a EEUU. (AP/Toru Hanai)

Cuando las selecciones Cuba y Estados Unidos disputen la primera semifinal del Clásico Mundial de Béisbol (WBC) este domingo, en Miami, será un día de muchas primeras veces.

Nunca antes ambos equipos se han enfrentado en las cuatro ediciones anteriores del WBC.

En el 2006, a los estadounidenses los eliminaron en segunda ronda, cuando Cuba llegó hasta la finl, mientras que en el 2009, 2013 y 2017, fueron los cubanos quienes no pasaron de esa fase.

Nunca antes, en más de seis décadas, una selección cubana jugó en Miami, la ciudad que alberga la mayor cantidad de exiliados de la isla.

Lo más cerca que estuvo alguna vez de jugar en Miami un equipo cubano fue en 2021, en el torneo clasificatorio para los Juegos Olímpicos, que se disputó en West Palm Beach, unas 80 millas al norte de la Capital del Sol, ocasión que tres jugadores aprovecharon para abandonar el equipo y quedarse en Estados Unidos.

Dos de ellos, el pitcher Andy Rodríguez y el segunda base César Prieto, ya tienen contratos profesionales y forman parte de las organizaciones de los Rangers de Texas y los Orioles, respectivamente.

Declaraciones del lanzador cubano Luis Miguel Romero
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En 1991, la selección hizo una breve escala en el Aeropuerto Internacional de Miami, cuando iba de Tennessee a La Habana, y el pitcher René Arocha se convirtió en el primero en 30 años en escapar del equipo.

Arocha llegó a jugar en Grandes Ligas, y con ello abrió el camino a cientos de compatriotas que siguieron sus pasos.

Nunca antes una selección cubana enfrentó un trabuco compuesto por estrellas estadounidenses en las Grandes Ligas.

Lo más parecido fue cuando, en 1999, los cubanos celebraron dos partidos de exhibición ante los Orioles de Baltimore, y en 2016, durante el deshielo con Cuba propiciado por el presidente Barack Obama, los Rays de Tampa Bay disputaron un choque en La Habana.

Fuera de eso, Cuba dominó por décadas el escenario beisbolero mundial con un equipo de profesionales de Estado, disfrazados de amateurs, ante jugadores universitarios de Estados Unidos.

Declaraciones del beisbolista cubano Yoán Moncada
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Cuando en 1962, el dictador Fidel Castro eliminó el profesionalismo en el deporte en Cuba, todo el talento beisbolero de la isla se concentró bajo el control estatal y sus triunfos, cada vez más fáciles en el ámbito internacional, eran usados como bandera para exponer la superioridad del deporte socialista en medio de la Guerra Fría.

Ganarle a los americanos se convirtió en un acto de propaganda política del régimen, que escondía a los fanáticos del béisbol la realidad cualitativa de sus rivales.

Este domingo, por primera vez, Cuba verá enfrente a una pléyade de estrellas como Mike Trout, Nolan Arenado, Paul Goldschmidt, J.T. Realmuto, Mookie Betts y Trea Turner, entre otros.

Nunca antes fueron llamados a filas por las autoridades de La Habana peloteros que juegan en las Grandes Ligas y no están bajo el control de la Federación Cubana de Béisbol (FCB).

No se trata de la primera vez que Cuba use profesionales en su selección nacional.

Declaraciones del Presidente de la Federación Cubana de Béisbol, Juan Reynaldo Pérez
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Hace años ya, con Fidel Castro fuera de escena, las autoridades desterraron el “amauterismo” que tanto defendía el dictador y, en busca de conseguir ingresos para sus arcas, el régimen comenzó a exportar peloteros a la Liga Profesional Japonesa (NPB), con contratos en los que la FCB se queda con una parte del dinero.

Esos profesionales de la NPB desde hace tiempo son convocados a la selección, prácticamente como un acto obligatorio.

Pero ahora, Luis Robert y Yoán Moncada, de los Medias Blancas de Chicago, se convirtieron en los primeros peloteros activos en MLB en vestir el uniforme de Cuba, junto a Roenis Elías, Yoenis Céspedes, Onelki García, Andy Ibáñez, Erisbel Arrebarruena, quienes han pasado por las Mayores, así como Miguel Romero, que se desempeña en Ligas Menores.

Por décadas, el régimen cubano llamó "desertores, traidores y apátridas" a estos peloteros que se iban del país en busca de perseguir sus sueños de jugar en Grandes Ligas.

El Charro de Vueltabajo mete a México entre los cuatro grandes 

Los jugadores de México celebran después de ganar el partido contra Puerto Rico en LoanDepot Park. Crédito : Sam Navarro- USA TODAY Sports

Un improbable fildeo de Randy Arozarena en el jardín izquierdo sobre un batazo de Enmanuel Rivera en el octavo episodio fue clave para preservar la victoria de México 5-4 sobre Puerto Rico y por primera vez los aztecas avanzan a semifinales del Clásico Mundial de Béisbol.

Arozarena, el Charro de Vueltabajo, estaba sobrepasado por la pelota, cerca del muro, y en un último estirón la capturó, cuando los boricuas tenían el empate en circulación en las piernas del veloz MJ Meléndez.

El manager mexicano, Benjamín Gil, no se limitó en elogios para el patrullero cubano de los Rays de Tampa Bay, quien resultó el jugador más destacado del grupo C en la etapa clasificatoria que se disputó en Phoenix, Arizona.

“Esta jugada es, a mi entender, la mejor jugada en la historia del deporte mexicano”, dijo Gil en conferencia de prensa tras concluir el partido.

El propio Arozarena la calificó como la jugada más importante de su carrera, a pesar de las tantas que ha hecho en los grandes escenarios que son los playoffs de Grandes Ligas.

Puerto Rico inició agresivamente el encuentro, al facturar cuatro carreras en la primera entrada frente al zurdo Julio Urías, estrella de los Dodgers de Los Angeles, quien permitió dos jonrones seguidos de Javier Báez y Eddie Rosario.

Pero Urías se compuso y sacó en blanco las siguientes tres entradas, mientras que el relevo se encargó de cerrar el puerto, mientras la ofensiva descontaba una en el segundo, por bambinazo de Isaac Paredes, y otra en el quinto, remolcada por sencillo de Alex Verdugo.

En el séptimo, el relevista Alexis Díaz no pudo hacerle honor a su hermano Edwin, cuya camiseta colgaba en el dugout de Puerto Rico, luego de su devastadora lesión durante la celebración del triunfo el miércoles sobre República Dominicana y que lo dejó fuera por toda la temporada.

Pero Alexis no es Edwin y tras permitir doble de Austin Barnes, regaló boletos seguidos a Arozarena y Verdugo, para llenar las bases sin outs.

Jorge López vino al rescate y consiguió los dos primeros outs, pero cuando parecía que el Team Rubio salía a flote, Paredes sonó cohete al izquierdo que remolcó dos para el empate y Luis Urías terminó de darle la vuelta a la pizarra con hit al derecho.

Ahora México enfrentará al invicto Japón el próximo lunes, en busca del boleto a la gran final.

EE.UU. y Venezuela en busca del rival de Cuba

Este sábado se define el cuarto semifinalista, cuando Estados Unidos, campeón defensor, enfrente a Venezuela, en busca del próximo rival de Cuba en el juego del domingo.

Venezuela terminó invicta en el grupo D, que se jugó en el LoanDepot Park de Miami, mientras que los estadounidenses fueron segundos de la llave C en Phoenix, Arizona.

El manager Mark DeRosa anunció al derecho Lance Lynn como abridor para el crucial choque, mientras que el dirigente de Venezuela, Omar López, aún no decidió entre el zurdo Martín Pérez y el diestro Pablo López.

Lynn, de los Medias Blancas de Chicago, tuvo una salida impecable en la primera fase, en la que trabajó cinco episodios en blanco, con dos hits permitidos y seis ponches, frente a Canadá.

Por su parte, Pérez fue el abridor de Venezuela en su primer encuentro ante República Dominicana, aunque se fue sin decisión, tras 3.1 entradas de labor, con una carrera admitida.

Y López fue el ganador ante Puerto Rico, con faena de 4.2 innings, en los que permitió una limpia y abanicó a seis rivales.

El ganador será el rival de Cuba en la primera semifinal que se disputará el domingo.

Randy Arozarena, el Charro de Vueltabajo 

El pelotero cubano Randy Arozarena. (Mark J. Rebilas-USA TODAY Sports/Reuters).

Con sus botas de vaquero y su sombrero de charro, el cubano Randy Arozarena ha cargado sobre sus hombros el peso ofensivo de la selección mexicana en el Clásico Mundial de Béisbol y se ha echado en el bolsillo a la entusiasta afición del país azteca.

Arozarena, nacido hace 28 años en el poblado pinareño de Arroyo de Mantua, es uno de los peloteros más electrizantes de todas las Grandes Ligas, no sólo por su juego agresivo, tanto en el ataque, como en la defensa, sino por su capacidad de crecerse en los momentos decisivos.

En la primera ronda dejó average de .500, con siete hits en 14 turnos, seis de ellos extrabases (cinco dobles y un jonrón), así como nueve carreras impulsadas.

Salió de Cuba hacia México en busca de un mejor futuro y allí comenzó su carrera profesional con los Toros de Tijuana y con los Mayos de Navojoa, antes de ser firmado por los Cardenales de San Luis, franquicia que luego lo canjeó a los Rays de Tampa Bay, su equipo actual.

En agradecimiento a esas primeras oportunidades, el pinareño mostró desde un principio su disposición a representar a México en el WBC y ha sido, a no dudarlo, el líder del equipo, no sólo con su bate, sino por su personalidad y carisma.

Los miles de fanáticos mexicanos que acudieron al Chase Field de Phoenix, donde se disputaron los partidos del grupo C, arroparon como suyo al humilde guajirito de Arroyo de Mantua y en cada acción, ya con el madero, ya con el guante, corean su nombre con entusiasmo.

“Cada vez que me aplauden, cada vez que corean mi nombre, yo lo que hago es darle mi 100% en el campo”, dijo Arozarena en conferencia de prensa ante los medios que cubrieron los juegos en Arizona. “Que se sientan representados por mí, eso me hace jugar al 100% de mi capacidad”.

Arozarena es el primer pelotero nacido en Cuba que juega en el WBC en representación de otro país, algo que también iba a hacer el zurdo de los Yankees de Nueva York Néstor Cortés con Estados Unidos, aunque una lesión de última hora lo hizo bajarse de la selección de las barras y las estrellas.

Ahora los fanáticos mexicanos esperan que el Charro de Vueltabajo los ayude a derrotar a Puerto Rico en partido de cuartos de final que se jugará este viernes en el Loan Depot Park de Miami.

Más sangre cubana en el WBC

Pero no es sólo Arozarena el único pelotero de sangre cubana presente en otros equipos.

Estados Unidos tiene al estelar antesalista Nolan Arenado, siete veces seleccionado al Juego de las Estrellas y ganador de diez Guantes de Oro y cinco bates de Plata.

Su papá, Fernando, es guantanamero, mientras su madre, Millie, nació en Puerto Rico de padres cubanos.

También está el serpentinero de los Padres de San Diego Nick Martínez, nacido en Miami de progenitores cubanos.

Israel tuvo en su nómina a Danny Valencia, un veterano de 38 años que pasó por siete franquicias de Grandes Ligas. Valencia, de padre cubano, nació también en Miami.

Y Colombia y Nicaragua también recibieron aportes de origen cubano.

Río Gómez, un zurdo de 28 años que pertenece a la organización de los Medias Rojas de Boston, jugó por la selección colombiana.

Gómez es miamense, hijo de cubano y colombiana, por lo que decidió representar los colores de su progenitora.

Y el derecho Carlos Rodríguez, cuyo padre lanzó con los Metropolitanos en las Series Nacionales cubanas, defendió los colores de Nicaragua, donde nació, aunque desde los ocho años vive en Miami.

Miami debería ser sede principal permanente del Clásico Mundial de Béisbol

Vista aérea del Loan Depot Park de Miami, o Marlins Park. (Foto: Roberto Koltun/OCB)

Unos 884 mil espectadores asistieron a los 40 juegos de los cuatro grupos clasificatorios del V Clásico Mundial de Béisbol, un evento que se afianza en el gusto de la fanaticada, a pesar de tener asignaturas pendientes a mejorar.

Entre los grandes aciertos de los organizadores en esta quinta edición fue designar al Loan Depot Park de Miami como sede principal del torneo, para acoger las acciones del grupo D, dos de los cuatro partidos de cuartos de final, las dos semifinales y la gran final.

La gran ensalada mixta que es Miami y su ubicación geográfica frente a la cuenca del Caribe, con cercanía con República Dominicana, Venezuela y Puerto Rico, hacen del estadio de la Pequeña Habana la sede ideal de este certamen, y así debería ser de manera permanente.

En el tercer WBC, con un formato diferente al actual, Miami acogió un grupo de segunda ronda, con gran éxito organizativo y una taquilla de 154,624 asistentes en sólo seis partidos, a un promedio de 25,766 por juego.

Para el IV, el entonces llamado Marlins Park fue sede de un grupo de primera ronda, lo que permitió a los organizadores locales preparar mejor las estrategias de mercadeo, pues de antemano conocían qué equipos formarían parte de esa llave.

La respuesta no pudo ser mejor: 163,878 fanáticos en seis juegos, a un promedio de 27,313 por encuentro y un ambiente de fiesta incomparable con cualquier otra sede.

En esta ocasión, con un formato distinto y cinco integrantes por cada grupo, el público respondió masivamente al parque de Miami, con una asistencia total de 295,850 en diez encuentros, una media de 29,585.

Para que se tenga una idea del éxito comercial que ha conseguido la Capital del Sol, basta compararlo con las otras tres sedes de primera ronda (Taichung, Tokio y Phoenix), donde las mayores concurrencias las consiguieron los equipos de casa, pero los demás participantes no lograron despertar mucho interés.

En la ciudad taiwanesa de Taichung, sede del grupo A, la asistencia total fue de 110,523, un mediocre promedio de 11,052.

En el Tokyo Dome, con una capacidad de 46 mil asientos, fueron 234,488 (23,448 como media), mientras que en Arizona se reportaron 242,650 asistentes, principalmente a los partidos donde jugaban Estados Unidos y México, para un promedio de 24,265.

Todavía restan cinco juegos más de cuartos de final, semifinales y final, con lo que la asistencia total podría acercarse al medio millón ¡sólo en Miami!

El WBC es un espectáculo y a sus promotores les conviene, por encima de todo, que suene la caja contadora, para ver que las inversiones estuvieron justificadas.

Y eso que en el grupo clasificatorio de Miami no fue incluida la selección de Cuba, donde tendría un apoyo considerable, pero también tendría muchos detractores, lo cual generaría una serie de problemas que, tanto las Grandes Ligas y la Confederación Mundial de Béisbol y Softbol (WBSC), como los Marlins, en su calidad de organizadores locales, tratan de esquivar en la medida de lo posible, hasta que se hace inevitable, como veremos el domingo en la primera semifinal.

Pero Miami es, por razones más que obvias, el mercado natural de Cuba, aunque la presencia de la selección, a la que muchos vinculan con la dictadura, cree una situación morbosamente interesante.

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