Los cubanos ingresaron a México como integrantes de un grupo musical que realizó presentaciones en varias ciudades. Posteriormente solicitaron y recibieron una ampliación para permanecer en la nación hasta el 15 de mayo.
La entidad señaló que los músicos tenían previsto ofrecer conciertos en Tijuana, pero fueron retenidos por la Policía Federal el 22 de abril y remitidos a una estación migratoria. Los cubanos contactaron al grupo de derechos humanos y expresaron varias veces su deseo de no regresar a la isla.
El día 7 de mayo, fueron trasladados para ser deportados, pues supuestamente habían dado su consentimiento. Funcionarios de la Comisión acudieron al aeropuerto, donde se les impidió tener contacto con los cubanos.
Agregó la organización que a las autoridades migratorias se les informó por teléfono que el juez Rafael Martín Ocampo había emitido un fallo para suspender la deportación, a pesar de lo cual los cubanos fueron repatriados.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos considera que el Instituto Nacional de Migración violó decisiones oficiales, y que de ese hecho podrían derivarse responsabilidades administrativas, civiles y penales.