Castro dijo que no sabe por qué “quieren prohibir que Venezuela compre fusiles para su defensa”. No hizo referencia a la posibilidad, que Estados Unidos ha subrayado, de que 100,000 fusiles de asalto rusos y 40 helicópteros que el gobierno socialista de Hugo Chávez compra a Rusia, puedan ir a parar a manos de las guerrillas comunistas de Colombia, un país limítrofe de Venezuela donde Chávez ha intentado participar en la crisis interna que las guerrillas fomentan.
La Secretaria de Estado de Estados Unidos, Condoleezza Rice, declaró el pasado abril su preocupación por la venta de armas rusas a Venezuela diciendo que pone en peligro la estabilidad regional.
Tampoco se refirió Castro a las reiteradas declaraciones de Estados Unidos de que no tiene ninguna intención de invadir a Cuba ni a Venezuela y que, en cambio, busca en la isla una transición pacífica hacia la democracia y la libertad, con la desaparición de la dictadura socialista que lleva ya 46 años en el poder con Castro.
Tampoco mencionó la posición de Estados Unidos de que Washington espera que los gobernantes que sean elegidos democráticamente, gobiernen democráticamente.
El presidente venezolano Hugo Chávez, un aliado de Castro que fue elegido democráticamente con su promesa de una “revolución bolivariana”, declaró en su reciente visita a La Habana que “bolivarianismo” es “socialismo”.