Todos los observadores y medios periodísticos que siguen de cerca el quehacer cubano coinciden que el resultado del VI Congreso del Partido Comunista cubano fue una treta de Raúl Castro y su coro de octogenarios para ganar tiempo, en virtud de que el proceso revolucionario -según su propia confesión- carece de relevo generacional y no es capaz de producir los alimentos básicos requeridos por el pueblo.
Pero mientras el Congreso concluía con la presencia frágil y la mirada perdida del comandante en jefe, que ni siquiera pudo pronunciar una sola palabra ni aplaudir con coherencia el poema que lo reverenciaba, un escándalo de proporciones humanas explotaba en el Instituto Finlay de La Habana, cuando se filtró a la prensa la costosa dieta alimentaria de Fidel, mientras una parte de la población cubana vive al borde la miseria.
Según el diario El Mundo de España, desde el año 2008 , Fidel Castro consume diariamente un variado y costoso menú de alimentos macrobióticos importados en contenedores refrigerados desde Italia.
Conclusión tripartita: Raúl compra tiempo. Fidel consume alimentos costosísimos. El pueblo con muchas carencias alimentarias y de viviendas, los mira indiferente a ambos.
Alberto Muller / Raúl compra tiempo y Fidel consume alimentos caros
El VI Congreso del Partido Comunista cubano fue una treta de Raúl Castro y su coro de octogenarios para ganar tiempo.