Los misterios del cable submarino Venezuela-Cuba

Proyecto y desarrollo del cable de fibra óptica ALBA1

Nunca se ha explicado oficialmente por qué el ALBA1, previsto para entrar en funcionamiento en julio de 2011, estuvo sumido en el fondo marino a lo largo de sus 1,630 kil´metros en un misterioso silencio de dos años.

Nadie sabe a ciencia cierta por qué el cable de fibra óptica ALBA1 que llegó a Cuba desde Venezuela en enero de 2011, estuvo dos años sin funcionar.

Nunca se ha explicado oficialmente por qué el ALBA1, previsto para entrar en funcionamiento en julio de 2011, estuvo sumido en un misterioso silencio en el fondo marino a lo largo de sus 1,630 kilómetros.

Tampoco las autoridades han informado si la ola de arrestos que en esa misma fecha, julio de 2011, desmanteló la cúpula de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A. (ETECSA) y encarceló a Waldo Reboredo Arroyo, vicepresidente de Telecomunicaciones Gran Caribe (TGC) estuvo relacionada con el mutismo del cable o con temas de corrupción.

TGC fue creada en octubre de 2007, con 60% de la estatal TelecomVenezuela y el 40% de la cubana Transbit para ejecutar el proyecto de interconexión del ALBA1. Su presidente fue el coronel venezolano Wilfredo Morales Márquez y su vice Reboredo.

El coronel Morales es ahora director de Proyectos Mayores de la empresa eléctrica de Venezuela; Reboredo está en la cárcel y el destino actual de la empresa mixta TGC, es un misterio.

Cuando las autoridades callan, y la prensa oficial no se da por enterada de lo que sucede a su alrededor, crecen los interrogantes que se preguntan si el escándalo de corrupción en ETECSA se unió con el fracaso de TGC para ocultar que las realidades tecnológicas frustraron los sueños políticos pregonados desde un principio.

“La capacidad del cable es prácticamente ilimitada y pasarán años para ocuparla totalmente”, afirmó el entonces ministro de la Informática y las Telecomunicaciones de Cuba (MIC), Ramiro Valdés, en enero de 2007 durante la VI Cumbre de ALBA.

En realidad, según el ingeniero Reboredo y otros técnicos del proyecto, el cable submarino de fibra óptica tendría “un tiempo de vida útil estimado de 25 años, aumentaría unas tres mil veces la capacidad de transmisión de datos con que cuenta Cuba,y sería un 25 por ciento más barato.”

El entusiasmo de Valdés era compartido por sus contrapartes venezolanas. Para el ministro de Ciencia, Tecnología e Industrias Intermedias, Ricardo Menéndez, el ALBA1 “contribuirá de manera perentoria a cambiar la historia de las comunicaciones internacionales de la mayor de las Antillas.”

El proyecto original del cable incluía una conexión abierta hacia los vecinos caribeños Jamaica, República Dominicana y Haití. Además el cable permitiría a Venezuela conectarse con Europa y con todas las islas del Caribe, y a Cuba, con Jamaica y Centroamérica.

La empresa estatal china Alcatel-Lucent Shanghai Bell Co., Ltd, fue contratada para tender el cable subamarino, operación que realizó el buque de bandera francesa Ile de Batz, al mando del capitán Philipe Cabrera.

La firma LIME, filial en Jamaica de la británica Cable & Wireless Communications (CWC), obtuvo el “multimillonario contrato” para alimentar el cable con sus servicios digitales de comunicación.

Desde un principio el ALBA1 comenzó dando tumbos. El tendido del cable entre Venezuela y Cuba previsto para 2009, concluyó en enero de 2011. Hasta ahora el único enlace completado es el de Cuba-Jamaica de 230 kilómetros.

El 14 de febrero de 2011, el ministro Menéndez manifestó a los medios de prensa, que la llegada a Jamaica era la última fase del proyecto, que “luego siguen las labores desde tierra, y que para el mes de abril debe estar conectado para iniciar las pruebas y ya en el mes de junio el cable tendrá energía para que se interconecten nuestros pueblos”.

Después fue el silencio.

Justo dos años más tarde, el 14 de enero de 2013, la compañía de análisis del tráfico en la web, Dyn Research, con sedes en Manchester y New Hampshire, detectó que el gigante español de comunicaciones Telefónica comenzó a servir a ETECSA a través del cable de fibra óptica. Dos meses después, Dyn Research, comprobó también que ETECSA comenzó a recibir servicio internacional de Internet a través de Cable & Wireless Jamaica.

Lo que pasó en ese largo sueño de dos años del cable de fibra óptima permanece en el misterio. La transparencia de la prensa oficial cubana no ha podido romperlo. Quizás forma parte de los secretos de Estado del régimen castrista.