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Víctor Mesa insiste


La propuesta de Mesa, un popular ex jardinero central de la selección nacional, promete levantar olas en Cuba, un país que abolió hace casi medio siglo el deporte profesional por considerarlo una forma de explotación, informó la agencia Reuters.

Los peloteros son idolatrados en Cuba, pero con salarios medios equivalentes a unos 18 dólares mensuales viven a años luz de sus colegas de las Grandes Ligas de Estados Unidos.

El deseo de progresar ha llevado a decenas de jugadores cubanos a desertar durante torneos en el extranjero o emigrar ilegalmente a Estados Unidos.

"Me duele como una patada en la vida cada vez que nos llevan a un atleta formado por la revolución", dijo Mesa, de 50 años, campeón olímpico de Barcelona 1992.

"A mí me gustaría, por ejemplo, que los peloteros nuestros jugaran 8 años en las series nacionales y después el Estado les permitiera ser contratados para jugar en ligas de Venezuela, Nicaragua, Japón, Corea del Sur o México", explicó a la agencia Reuters en La Habana.

Cuba, durante décadas un favorito en cualquier torneo de béisbol, ha ido cediendo protagonismo en lides de primer nivel.

En el 2009 perdió la final de la Copa Mundial ante Estados Unidos y terminó quinto en el Clásico Mundial. En los Juegos de Pekín 2008 cayó en la final contra Corea del Sur.

Este año los resultados fueron mixtos: perdió con República Dominicana en el Premundial de Puerto Rico, pero luego ganó la Copa Intercontinental en Taiwán.

Mesa sabe que su idea encontrará resistencia. De hecho el ministro de Economía pareció poncharlo el fin de semana, cuando aclaró que en el 2011 Cuba sólo prevé seguir exportando servicios de entrenadores y técnicos deportivos.

"No se está planteando en los lineamientos contratar a la ligera a atletas de alto rendimiento en el exterior", afirmó Marino Murillo al Parlamento.

Pero Mesa insiste. "Yo hice una propuesta y no se vio de manera muy positiva en el país. Pero lo dije con la mejor idea, como cubano, como beisbolista".

"Nos están robando atletas de edades tempranas entre 14 y 18 años de edad", dijo Mesa, quien lanzó su idea en círculos del béisbol local y espera defenderla pronto durante un debate nacional sobre las reformas económicas promovido por Raúl Castro.

Mesa calcula que unos 300 peloteros abandonaron el país en los últimos años. El pitcher Aroldis Chapman, por ejemplo, se fugó en el 2009 durante un torneo en Holanda y firmó este año un contrato por seis años por 30 millones de dólares para los Rojos de Cincinnati. Poco tiempo después arrojó una pelota a 105 millas por hora, lo que parece ser el lanzamiento más veloz que se haya registrado en las Grandes Ligas de Estados Unidos.

Entretanto, la Federación Cubana de Béisbol, cuyo vicepresidente es Antonio Castro, uno de los hijos de Fidel Castro, no ha dicho ni una palabra.

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