"La actuación de la Unión Europea en los últimos meses ante vulneraciones sistemáticas de los derechos humanos en el Mediterráneo sur o en el Cáucaso indica que ha perdido toda querencia sobre los valores que pretende encarnar", señala el rotativo.
El Tratado de Lisboa precisa que "la acción de la Unión en la escena internacional se basará en los principios que han inspirado su creación", como "la universalidad e indivisibilidad de los derechos humanos".
Asimismo, informa el diario madrileño, la Estrategia Europea de Seguridad, doctrina ejecutiva para la política exterior, establece que "a Europa le conviene que los países limítrofes estén bien gobernados".
El editorial asevera que "en lugar de cumplir esos mandatos, la UE ha permanecido muda ante los dilatados abusos de las autocracias norteafricanas".
"Temerosa de una posible irrupción islamista en los mecanismos de poder, ha dejado pudrir situaciones que constituyen precisamente el caldo de cultivo de la misma", agrega.
En ese sentido, el rotativo recuerda que Francia, "en plena revolución del jazmín (...), ofrecía al dictador tunecino ayuda para contener la situación de orden público", mientras que "Italia y España se han lavado las manos, en presunto beneficio de la cooperación antiinmigratoria y las buenas relaciones".
"La alta representante de política exterior, lady Ashton, ha repetido un discreto mutis salpicado de alguna declaración inane, sea sobre las revueltas populares de Túnez y Egipto o a propósito de la sonrojante visita reciente del dictador uzbeko a Bruselas", afirma El País.
En su conclusión, el periódico dice que Estados Unidos alienta "a los ejércitos de los países en crisis a respetar a los civiles y presiona a sus autoridades en favor de reformas significativas".
"Si EEUU ha recuperado su carácter de potencia liberal, la UE va camino de perderlo", advierte el editorial.