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Trump y el fin de la ayuda al monopolio militar de GAESA


Raúl Castro durante el desfile por el Día Internacional de los Trabajadores, el pasado 1 de mayo.
Raúl Castro durante el desfile por el Día Internacional de los Trabajadores, el pasado 1 de mayo.

Raúl Castro es un anciano de 88 años con serios problemas de salud, al frente de un país en ruinas, al que el destino le cambió a Obama por Donald Trump. En Washington y en Miami, se espera que Trump haga realidad su promesa a los veteranos de la gloriosa Brigada 2506.

El 8 de noviembre de 2016 fue un día aciago para Raúl Castro. La noticia de que el candidato republicano había ganado la presidencia de Estados Unidos sacudió las entrañas de la tiranía. Lo cierto es que la victoria de Donald Trump sobre Hillary Clinton clasifica como un resultado inesperado, de enorme magnitud, que surgió sorpresivamente por haber estado fuera de las expectativas electorales. ¡Así ruedan los dados de la suerte!

Trump ya lanzó la primera andanada con un severo ataque a la memoria del fallecido Fidel Castro a quien señaló como “brutal dictador”. La respuesta de Raúl Castro fue un cobarde silencio. Ni una sola palabra hostil a Trump, en defensa del “máximo líder”. Mala señal. Raúl Castro es un anciano con serios problemas de salud, al frente de un país en ruinas, al que el destino le cambió a Obama-Clinton por Trump. ¡Duro golpe al cambio-fraude! En Washington y en Miami, se espera que Trump haga realidad su promesa a los veteranos de la gloriosa Brigada 2506.

Cuando en diciembre 17 de 2014 Obama y Castro anunciaron normalizar las relaciones bilaterales, se hizo evidente que el acuerdo favorecía las utilidades financieras de la cúpula militar que controla la economía de la isla. Este monopolio estatal corresponde a GAESA, enorme conglomerado de empresas militares, que mantiene en secreto los estados financieros y tiene como jefe al brigadier Luis Alberto Rodríguez López-Calleja, yerno de Raúl Castro y pieza esencial de la sucesión dinástica.

En mayo 15 de 2015 se comenzaron a implementar las órdenes ejecutivas de Obama de las cuales las remesas generan beneficios billonarios al régimen. Tanto es así, que superan los sectores estratégicos de la economía cubana, como es la industria turística y las exportaciones de níquel, azúcar, tabaco y ron. En los años 2015 y 2016, se cancelaron las restricciones del monto de las remesas, los viajes, el comercio y los servicios bancarios.

En estos momentos, se calcula que las remesas directas han alcanzado más de $3,500 millones anuales. Estas incluyen el dinero que se puede enviar por agencias, tarjetas de crédito, débito, cheques bancarios o efectivo y permite a los cubano-americanos, cuya frecuencia de viajes a Cuba es ilimitada, llevar hasta $10,00 dólares.

Las remesas de especies es otra modalidad de envíos a la isla que supera los $3,700 millones de dólares y es celosamente vigilada en las aduanas por oficiales del Ministerio del Interior (MININT). Estas remesas de especies incluyen mayormente electrodomésticos, ropa, materiales de construcción, y piezas de repuesto. La suma de remesas directas y remesas de especies supera los $7,000 millones de dólares anuales.

Es obvio que el cubano de a pie, que recibe un salario promedio de $24 mensuales, no tiene capacidad para adquirir estos productos importados con altísimos precios para el agotado bolsillo del cubano, pero en los Estados Unidos, los agentes comerciales del monopolio militar pueden comprar las remesas de especies para ser enviadas a Cuba, sin límites en los productos autorizados por los Departamentos del Tesoro y de Comercio que suelen viajar en contenedores, siendo Tampa el puerto favorito de embarque.

En las aduanas de Cuba esta operación es minuciosamente supervisada por oficiales del Ministerio del Interior (MININT) que mantienen un inventario digitalizado de los productos, sus precios de venta y quienes lo compran.

La ayuda financiera de los inmigrantes cubanos a sus seres queridos en la isla debe continuar por entrañables vínculos de familia, pero la cifra y la frecuencia requieren ser evaluadas cuidadosamente. Lo esencial es eliminar las millonarias remesas que enriquecen a la despreciable dictadura militar y la corrupta nomenclatura del Partido Comunista.

La libertad de Cuba está en manos de su pueblo, pero la sorpresiva victoria de Trump nos recuerda el aforismo del críptico Heráclito en relación a una coyuntura inesperada, “la suerte es una diosa que tira los dados”. A Raúl Castro le salió Trump. Así es de frágil el destino de la sucesión dinástica. Ahora a revocar y poner fin a las remesas millonarias del monopolio militar de GAESA.

*Pedro Roig es asesor Senior del Instituto de Estudios Cubanos y Cubano-Americanos de la Universidad de Miami. Historiador y abogado, es autor de varios libros y veterano de la Brigada 2506.
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