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Lysenko y el conflicto entre ciencia e ideología


La ciencia no tiene peor enemigo que las coartadas ideológicas que emanan de regímenes absolutistas y en particular de aquellos que pasan por socialistas

En los regímenes absolutistas, particularmente aquellos que pasan por socialistas, la cúpula gobernante apela a coartadas ideológicas para justificar posiciones y eliminar rivales.

Se distinguen por la promoción de las artes, los deportes y el trabajo científico, no como medio de desarrollo humano sino como fin, disfrazado de encanto, por medio del cual el gran benefactor o alguno de sus compinches se anotan puntos en la arena internacional. En ese ámbito no cabe la idea iluminista de que un intelectual sólo está comprometido con su propia razón.

En su ensayo "Una Audiencia para Vavilov" (Barcelona 2004), uno de los más famosos científicos del siglo XX, el paleontólogo, geólogo y no sé cuántas cosas más, Stephen Jay Gould, pone de relieve el conflicto que suele encontrar la ciencia cuando tropieza con pregoneros ideológicos de cualquier especie.

Nikolai Ivanovich Vavilov era el principal genético mendeliano de Rusia y director de la Academia Lenin de Ciencias Agrícolas de la antigua Unión Soviética, y tal vez el principal experto mundial en la biogeografía del trigo y otros cereales.

Pero en un giro inesperado de su destacada carrera como genético mendeliano, Vavilov tropezó con la coartada ideológica de Trofim D. Lysenko, promotor de reformar las ciencias agrícolas por medio del desacreditado principio lamarckiano de que los caracteres adquiridos podían transmitirse como resultado de la acción entre el organismo y el ambiente.

Así, el cuello de la jirafa sería el resultado de los esfuerzos del animal, generación tras generación, para alcanzar las hojas de las ramas más altas del árbol.

En un ataque ideológico que Gould califica de perverso, Lysenko dijo que la teoría de Vavilov era "antidialéctica" porque situaba el origen del cambio dentro del propio organismo y la historia evolutiva de una especie en la herencia genética.

Lysenko apeló a la ideología para negar que los cambios genéticos se transmiten por reproducción sexual a través de células germinales. Tras el furioso ataque de Lysenko, Vavilov fue arrestado en 1940 y sentenciado a muerte por "sabotaje agrícola, espionaje a favor de Inglaterra, mantener relaciones con emigrados y pertenecer a una organización derechista".

¿Suena familiar? La sentencia de Vavilov fue conmutada, lo confinaron a una celda bajo tierra y murió en enero de 1943. La ciencia no tiene peor enemigo que las coartadas ideológicas que emanan de regímenes absolutistas y en particular de aquellos que pasan por socialistas.

Mi ya vieja Enciclopedia de Antropología (Harper & Row 1976) afirma que "Las ideas del naturalista francés Jean Baptiste de Lamarck, corregidas por el científico soviético Lysenko, fueron aplicadas a la investigación biológica y agrícola de la Unión Soviética con resultados desafortunados para el conjunto de la economía rusa".

Siendo Cuba émulo de ese mundo enrevesado, habrá que esperar a que se destape la caja de pandora cubana para que salgan los Lysenkos antillanos que, en nombre de coartadas ideológicas, se las arreglaron para mantener índices de natalidad y escolaridad tan estirados como el cuello de la jirafa.

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