La solución podría llamarse "Tributín", un juego de rol que está siendo desarrollado en el Instituto Superior Pedagógico de Holguín, 730 kilómetros al este de La Habana.
"Es un software lúdico para que los niños aprendan sobre política tributaria, porque como nacieron en una sociedad socialista con ciertas gratuidades no tienen elementos sobre los impuestos", dijo el miércoles a Reuters el director del proyecto, Dagoberto Mariño.
"Tributín" explicará a los niños cómo al comprar un caramelo están poniendo en marcha un mecanismo fiscal que se traduce, por ejemplo, en mejoras en sus escuelas, dijo Mariño.
"Se trata de desarrollar cultura tributaria. Si despertamos el interés en el niño, él se lo puede transmitir a su familia", explicó.
Raúl Castro autorizó recientemente la apertura de pequeños negocios para dinamizar la economía socialista de la isla. El reto es lograr que los cubanos, que llevan medio siglo sin pagar impuestos, entreguen entre un 25 y 50 por ciento de sus ingresos netos al fisco.
Cuba tiene problemas de liquidez y necesita aumentar la recaudación fiscal para financiar sus generosos programas sociales. Además, quiere evitar a toda costa que las reformas lleven a una explosión de la economía informal.
"Tributín", desarrollado con ayuda de la Oficina Nacional de la Administración Tributaria, estaría terminado en octubre