Bush subrayó que el historial, en el Congreso. del candidato demócrata demuestra que el colega de Kerry en el Senado, el también demócrata Ted Kennedy, puede ser considerado el senador conservador del Estado de Massachussets.Kerry acusó a Bush de ser el responsable de una guerra mal orientada en Iraq, y de la pérdida de empleos y de que millones carezcan de cuidados de salud.
Bush dijo que Kerry elevaría los impuestos de la clase media para sufragar sus propuestas ambiciosas de gastos. "Existe una brecha tributaria. ¿Quiénes son los que terminan llenando esa brecha? La clase media", dijo Bush.
El Presidente manifestó que un plan de gobierno no es una letanía de quejas, que un plan no es un programa incosteable y defendió su política de utilizar fondos federales para ayudar a entrenar a trabajadores que han perdido sus empleos cuando las empresas se mudan al exterior.
Kerry prometió respaldar y luchar por los trabajadores americanos dando créditos a las empresas manufactureras para que creen empleos para cerrar el vacío que causan las compañías exentas del pago de impuestos porque contratan empleados fuera de Estados Unidos.
Durante este tercer y último debate efectuado en Arizona, un Estado donde el voto hispano puede definir los comicios del 2 de noviembre, los candidatos fueron consultados sobre su posición sobre la inmigración.
El presidente Bush, prometió que impulsará un programa de trabajadores temporarios para frenar la inmigración ilegal. Kerry recomendó dar la ciudadanía a los que ya están en el país desde hace muchos años y pagan sus impuestos.
Bush sostuvo que para hacer las fronteras más seguras debe haber una tarjeta temporal de trabajo que permita establecer un vínculo entre un empleado y su empleador, si no hubiera un ciudadano o residente legal dispuesto a desempeñar el trabajo.
En enero pasado Bush propuso una reforma migratoria que implica la creación de un sistema de visas de trabajo de tres años, que podrían ser renovadas una sola vez. Bush reiteró su oposición a una amnistía general para los indocumentados, cuyo número se calcula entre ocho y doce millones. Funda esa opinión en que no se debe recompensar una conducta ilegal.
Kerry dijo que Bush prometió hace cuatro años una reforma de inmigración y no la ha hecho y prometió que si es elegido Presidente, pondrá en marcha un programa de trabajadores temporarios y que además defenderá la legalización de los extranjeros que hace tiempo están ilegalmente en el país.