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SIVITS CULPABLE DE TODOS LOS CARGOS DE ABUSO DE PRISIONEROS


El Soldado Especialista del Ejército de Estados Unidos Jeremy Sivits se declaró culpable el miércoles de tres cargos de abuso durante la primera corte marcial causada por el maltrato de prisioneros iraquíes en la cárcel de Abu-Graib, situada en Bagdad. Entonces la corte marcial lo declaró culpable de todos los cargos.
Mientras tanto, numerosos iraquíes se lanzaron a las calles de Bagdad para protestar contra el abuso carcelario en Abu-Graib. Los manifestantes portaban carteles con fotografías del maltrato.
En el Centro de Convenciones de Bagdad situado en la llamada Zona Verde que sirve de base a la Coalición que dirige Estados Unidos se llevaron a cabo los procedimientos contra los soldados de Estados Unidos acusados de maltratar prisioneros. Los acusados que se presentaron el miércoles ante la corte marcial fueron, además de Sivits, el sargento Javal Davis, de 26 años; el soldado especialista Charles Graner y el sargento mayor Ivan Frederick. Estos tres militares aplazaron su declaración de inocencia o culpabilidad.
Parientes de los prisioneros iraquíes se aglomeraron frente al portón principal de la cárcel de Abu-Graib clamando por verlos. Esta fue su forma de reaccionar al juicio marcial.
Un familiar que habló antes de que se anunciara la sentencia de Sivits dijo que el procedimiento era una mentira. Otros manifestaron que Estados Unidos debió haber permitido la presencia del público en el juicio.
El coronel James Pohl, que presidió el juicio, sentenció a Sivits, de 24 años y residente en Hyndman, en el Estado de Pensilvania, a un año de prisión, lo degradó a soldado raso y lo expulsó deshonrosamente del Ejército por mala conducta.
Sivits, que aparece sonriente en unas cuantas fotografías de prisioneros iraquíes maltratados, fue hallado culpable de abuso de detenidos, incumplimiento del deber porque no impidió que fueran vejados y maltratados, crueldad y por haber forzado a un prisionero "a ponerse en posición sobre un bulto en el suelo para que lo abusaran otros soldados".
Sivits también tomó fotografías de prisioneros desnudos cuando eran sexualmente humillados en Abu-Graib. Sivits se declaró culpable de tres cargos de abuso como se acordó antes del juicio y entonces la corte marcial lo halló culpable de todos los cargos formulados en el acuerdo legal.
La ley marcial de Estados Unidos requiere que un acusado pruebe que es culpable a la corte marcial en caso de que decida declararse culpable.
El capitán Scott Dunn, abogado de Sivit, presentó la declaración de culpabilidad de su defendido y expresó preocupación por la enorme cobertura de prensa en el juicio. Preguntó al coronel Pohl si en esas condiciones podría emitir un fallo justo.
El coronel Pohl respondió: "Sólo porque esté en televisión no significa que sea verdad".
Dunn dijo al juez que Sivits había hecho un pacto con la fiscalía, presumiblemente para declarar contra otros acusados. Sivits dijo que la situación en Iraq "era infernal".
"Sinceramente, era como algo extraído de una película de horror", añadió.
En su emocional descripción de los acontecimientos que tuvieron lugar en Abu-Graib en la noche del 8 de noviembre, Sivits dijo que el sargento mayor Iván L. Frederick le había pedido que lo acompañara a la prisión. Sivits pasó gran trabajo para describir los sucesos, haciendo frecuentes pausas mientras hacía su relato al coronel Pohl.
Dijo que estaba asignado fuera de Abu-Graib y había terminado de hacer trabajo de mantenimiento de generadores eléctricos cuando Frederick le pidió que lo acompañara en su visita a la prisión. Sivits llevó consigo a un detenido y cuando llegó al lugar donde los crímenes se cometieron, ya había allí otros siete presos.
"Oí cuando el cabo Graner les gritaba en árabe", declaró Sivits. "Vi a un detenido tirado en el piso. Estaban todos tirados en el piso con bolsas de arena tapándoles la cabeza".
El sargento Javal Davis, de 26 años y residente en el Estado de Maryland, y otro militar, el soldado Lynndie England, de 21 años, "les pisaban con fuerza los dedos de los pies y las manos. Graner dio a un detenido un puñetazo en la cabeza o en la zona de la sien", dijo Sivits. "Le dije que pensaba que a lo mejor lo había dejado sin conocimiento", agregó.
"Graner se quejó de que se había lastimado el puño y comentó: maldita sea, eso dolió", relató Sivits. Dijo que entonces desnudaron a todos los prisioneros y los forzaron a formar una pirámide humana, unos sobre otros.
Anteriormente los otros tres acusados -- Davis, Frederick y Graner -- comparecieron para ser instruidos de cargos en la corte marcial.
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