Una mujer residente en Arroyo Naranjo, La Habana, abre las puertas a la prensa independiente para mostrar las condiciones en las que vive.
"Desde que nací vivo en este lugar. Todo se moja cuando llueve y tengo el temor de que el techo me caiga arriba mientras esté durmiendo", dice
la mujer, que sólo recibe una pensión mensual de 159 pesos cubanos.
"La gente de Bienestar Social vinieron aquí una vez, miraron, miraron, me dieron unos tubos de papel para arreglar el techo pero no he podido hacer nada porque no tengo dinero para arreglarlo".