Nicolás Torres Sánchez, de 75 años, vive en el barrio El Azúcar en Caimanera y, desde su camastro en una improvisada choza, expone su situación a los activistas de Derechos Humanos de la región. Les asegura: "He sufrido mucho y no puedo hacer nada más porque robar sí que no lo voy a hacer".
El anciano ha pedido ayuda al Gobierno y no se la han dado, según declaró.