El Presidente de Rusia, Vladimir Putin, rehusó el martes un diálogo con los separatistas chechenios acusados por la muerte de por lo menos 335 personas, niños en su mayoría, cuando tomaron rehenes la semana pasada en una escuela pública de Osetia del Norte.
Decenas de miles de rusos prepararon en Moscú una gran manifestación en contra del terrorismo. Las autoridades creían que por lo menos cien mil personas tomarían parte en esa protesta. Cuando ésta se llevaba a cabo, la televisión mostró imágenes de un torrente de gente marchando por las calles con pancartas y banderolas.
Putin criticó a ciertos países occidentales que recomendaron que Rusia busque un diálogo político con los separatistas chechenios.
El Presidente ruso preguntó en una entrevista con el diario británico "The Guardian", por qué quienes eso recomendaban a los rusos no se reúnen con "Osama bin Laden, lo invitan a Bruselas o a la Casa Blanca e inician conversaciones, le preguntan qué quiere y se lo dan para que los deje en paz?"
Putin agregó que esas personas "consideran posible fijar algunas limitaciones en sus tratos con esos bastardos, así que ¿por qué deberíamos nosotros hablar con gente que son asesinos de niños?"
Algunos políticos de la oposición dijeron que la manifestación en Moscú había sido deliberadamente preparada para evitar las críticas de cómo manejó el Kremlin la crisis.
La crisis de la escuela ha tocado fuera de las fronteras rusas. El Secretario General de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Jaap de Hoop Scheffer, convocó para el martes una reunión de las naciones miembros de OTAN y Rusia para discutir el asunto.