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Raúl Castro estaría preparando a Díaz-Canel para una sucesión anticipada o algún imprevisto


 Raúl Castro (d), conversa con el primer vicepresidente, Miguel Diaz-Canel. Foto Archivo
Raúl Castro (d), conversa con el primer vicepresidente, Miguel Diaz-Canel. Foto Archivo

Anda cobrando fuerza en pasillos del oficialismo, el rumor que describe la desde ya trazada agenda presidencial para “el compañero Díaz-Canel”.

A 13 meses de su anunciado retiro, el General Raúl Castro organiza la agenda del individuo que, incluso dentro de las filas del Partido Comunista, provoca una rara aleación de opiniones opuestas y reacciones encontradas.

Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez, es hoy la persona con más posibilidades para ocupar el puesto de futuro Presidente del Consejo de Estado de la República de Cuba, y curiosamente ya tiene planificado un calendario de medidas que deberían garantizar su torpe simpatía popular.

El vicepresidente cubano Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez a su llegada a la cumbre de los jefes de Estado y de Gobierno de 61 países de la Unión Europea (UE) y de la Comunidad de Estados Americanos y Caribeños (Celac) que se celebra en Bruselas (Bélgica)
El vicepresidente cubano Miguel Mario Díaz-Canel Bermúdez a su llegada a la cumbre de los jefes de Estado y de Gobierno de 61 países de la Unión Europea (UE) y de la Comunidad de Estados Americanos y Caribeños (Celac) que se celebra en Bruselas (Bélgica)

Desconozco si el gobierno cubano planea sucesión anticipada, prevé sorpresas o simplemente se prepara para algún imprevisto casual; pero anda cobrando fuerza en pasillos del oficialismo, el rumor que describe la desde ya trazada agenda presidencial para “el compañero Díaz-Canel”.

El calendario laboral del presunto nuevo líder, incluye derogar ciertas regulaciones y crear otras, como reformar el sistema financiero del país, aprobar una nueva ley para la inversión extranjera, implantar una reforma laboral centrada en aumentar, drásticamente, la calidad del empleo de los obreros cubanos, generar más trabajo autónomo y mejorar, de manera ostensible, el trato a los pensionados.

Pregunté a un par de conocidos por el rumor, y esta fue la respuesta:

“Pudiera ser, es un tipo reservado. Escribe versos que no enseña y su estrategia de ascenso radica en mantenerse con la boca cerrada; pero no deja de ser un buen hombre”, dijo uno.

“Escuché algo pero no creo que sea este reformista inventado que apareció en el mercado después de estar agazapado. No posee ningún liderazgo, Díaz-Canel es un oportunista que se ha moldeado a sí mismo para agradarle a Raúl Castro”, contestó el otro.

Pero, opiniones aparte, el plan de medidas parece bastante atractivo, aunque dudo que sin romper los lazos de familiares de dirigentes históricos con ciertos puestos importantes en sectores estratégicos, pueda conseguir reformar el sistema financiero de la isla.

Una nueva ley de inversiones más acorde a nuestros tiempos, que ofrezca ventajas fiscales, serviría de impulso a grupos de inversionistas serios; pero también sería un imán para los sinvergüenzas y astutos lavadores de dinero.

La reforma laboral animaría la productividad. Mejorar el trato legal a los pensionados atraparía la esperanza de la gran masa popular, Cuba es uno de los países con mayor índice de ancianidad en América Latina; pero aumentar los ingresos y extender la cobertura se me hace engañoso, porque fue precisamente la imparable emigración y la disminución de la tasa de natalidad lo que dió al traste con el incremento progresivo del envejecimiento poblacional, y como consecuencia se agotó la poca sustentabilidad financiera del sistema de pensiones. Su fondo es completamente insuficiente como para poder sufragar el período de retiro de cualquier jubilado cubano. Aumentarles la ridícula ayuda que hoy perciben, sería una clara manipulación de tipo semántica, la desvalorización de la moneda exprimió el valor real del monto del dinero que reciben y aunque parezca más, recibirían mucho menos.

El primer vicepresidente cubano, Miguel Diaz-Canel, y su esposa.
El primer vicepresidente cubano, Miguel Diaz-Canel, y su esposa.

No basta con tener una agenda que, por simple inspección, parece diseñada para confundir a la opinión pública, agregar un nuevo elemento al escenario de las relaciones Cuba- Estados Unidos, jugar con la incertidumbre del pueblo y destruir, con reformas de impacto, los planes de una disidencia que muy poco puede ofrecer.

Es díficil conjeturar; pero siento que a Díaz-Canel, el hoy Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, le falta voluntad política como para convertirse en el mago que transforme la preocupante realidad de hoy, en una Cuba más plural, incluyente y productiva.

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    Juan Juan Almeida

    Licenciado en Ciencias Penales. Analista, escritor. Fue premiado en un concurso de cuentos cortos en Argentina. En el año 2009 publica “Memorias de un guerrillero desconocido cubano”, novela testimonio donde satiriza  la decadencia de la élite del poder en Cuba.

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