Ramón Labañino, uno de los cinco espías cubanos detenidos en Estados Unidos en 1998 bajo cargos de espionaje, relató al portal digital oficialista cubadebate.com que cambia frecuentemente de rutina en la prisión para enfrentar la "monotonía" y que hace deporte para mantener en forma el cuerpo y la mente.
Cuando le pidieron relatar una jornada tras las rejas, declaró que “transcurre entre cartas, lecturas (de libros, informaciones, revistas), respuestas a ellas, tanto en misivas como en e-mail, y en las tardes siempre algún deporte: pesas o constructivos, caminatas, handball. En las noches, más bien lo dedico a oír radio, ver noticias, y a reorganizarme para el día siguiente”. Agrega que, “una o dos veces por año, recibo visitas de algún familiar, de amigos buenos". Labañino, cumple una sentencia de 30 años en la prisión de Jesup, al sureste de Georgia.
Los cinco cubanos fueron detenidos en 1998 y en 2001 recibieron largas condenas. Labañino fue sentenciado a cadena perpetua más 18 años de prisión, pero en una apelación en 2009 la pena fue rebajada a 30 años.
La Habana considera a los cinco presos como "héroes antiterroristas" y mantiene una campaña internacional para conseguir su libertad. Aunque reconoce que eran espías al servicio del régimen, afirman que vigilaban a anticastristas de Miami y no espiaban a objetivos estadounidenses.
Angel Moya, ex preso político de la Primavera Negra del 2003 comentó a martinoticias.com que Labañino, junto a los otros espías, “fueron sancionados y condenados a cumplir privación en Estados Unidos, lo hicieron porque fueron convictos de delitos de espionaje y en el caso nuestro, aquí en cuba, el régimen cubano nos lleva a prisión por el simple hecho de ejercer nuestro derecho a la libertad de expresión y promover la libertad en Cuba”.
Agregó, que lo que ha dicho Ramón Labañino, “demuestra que el gobierno norteamericano en nada le viola sus derechos fundamentales…”.
En Cuba solamente por ejercer el derecho a la libertad de expresión “el régimen nos lleva a prisión y nos confina a celdas oscuras, sin agua, nos quita el colchón desde las seis de la mañana y nos lo entrega a la seis de la tarde. Nos somete a un régimen carcelario severo. Donde la asistencia médica y estomatológica es deficiente; las provocaciones permanentes por parte de los carceleros; además de la vigilancia de la fuerza represiva de la seguridad del Estado sobre nosotros… además nuestra correspondencia es totalmente revisada”.
Cita de ejemplo cuando estuvo recluido en el Combinado del Este “nosotros estábamos conviviendo en cubículos junto a peligrosos delincuentes comunes. Están infestados de mosquitos, cucarachas, de chinches, y nada de esto le preocupa en lo absoluto al gobierno cubano en las condiciones que estamos presos nosotros. Además muchos presos políticos cubanos han sido víctimas de golpizas propinadas por la fuerza represiva”.
El expreso político, también de la Primavera Negra, José Daniel Ferrer expresó “los días de Ramón Labañino transcurren de esa manera que el dice a cubadebate, los días de un preso político, los meses, los años, transcurren entre ratas, entre cucarachas, alimentación de pésima calidad muchas veces putrefacta; entre tortura física y psicológica; entre personas enfermas mentales; entre criminales peligrosos a quienes la policía política empuja, alienta, contra los presos políticos; en celdas de castigo; agua no potable, es decir en las peores condiciones. En condiciones de cárceles, medievales en condiciones de cárceles, es decir, que para nada en el mundo civilizado puede imaginarse”.
Comenta que cuando algún familiar de algunos de los espías lo visitaba y comentaban sobre las condiciones que están en las cárceles norteamericanas y eran publicadas en el periódico Granma, el le decía a los oficiales “que te parece si las comparamos con las condiciones que ustedes nos tienen a nosotros por simplemente pensar diferente a quien mal gobierna el país. Todos tenían que bajar la cabeza o cuando más justificarse de una manera bastante entupida: no, eso es allá porque aquel es un país desarrollado y nosotros somos un país subdesarrollado y por eso es que las cárceles están como están”.
Por su parte, el ex preso político Arnaldo Ramos Lauzurique explica, “estando en celda se les permite dos o tres veces a la semana ir un rato a tomar sol. Solo pueden utilizar el teléfono una vez a la semana durante 20 minutos”.
“La alimentación es muy deficiente. Las condiciones que existen no se parecen ni por asomo a las que tienen los espías allá en Estados Unidos”, aseguró. “No, no, nada de deportes, nada de deportes”, afirmó.