En una entrevista con el diario británico Financial Times, Straw reconoció que Londres, Bruselas y Washington tendrían que afrontar sus diferencias en los próximos meses.
El ministro opinó que los planes de la Unión Europea crean un problema de presentación con Washington, pero afirmó que el Reino Unido apoya firmemente la cancelación del embargo de armas a Pekín porque estaría acompañada por un código de conducta.
El desafío en términos de política exterior no es eliminar las diferencias sino manejarlas, dijo el titular de la diplomacia británica.