El Sumo Pontífice usó de la palabra después que lo recibió en el templo el rabino Netanel Teitelbaum. Era la segunda vez en la Historia que un Papa visitaba una sinagoga.
El Presidente del Consejo Central Judío de Alemania, Paul Spiegel, destacó la importancia de que un Papa nacido en Alemania visitara una sinagoga en el país del Holocausto y declaró que esto demuestra “que hay un verdadero acercamiento entre las religiones”.
En Alemania la visita papal a la sinagoga está cargada de trascendencia por tratarse de un país donde el dictador nazi Adolfo Hitler ordenó el exterminio de judíos.
Benedicto reiteró su promesa de continuar en la senda de su predecesor Juan Pablo Segundo, que en 1986 hizo en Roma la primera visita de un Papa a una sinagoga y mejoró las relaciones de católicos y judíos.
La sinagoga visitada el viernes en Colonia fue reconstruida en la década de 1950 después que los nazis la destruyeron en 1938 durante una noche en la cual destruyeron también millares de negocios judíos y decenas de sinagogas. El Sumo Pontífice fue miembro de la Juventud Hitleriana y más tarde desertó del Ejército alemán al final de la Segunda Guerra Mundial.
Benedicto dijo que el nazismo representó “la época más negra de la Historia de Alemania y Europa.”
“En el Siglo Veinte, en el período más sombrío de la Historia alemana y europea, una demencial ideología racista, de matiz neopagano, dio origen al intento planeado y realizado sistemáticamente por el régimen, de exterminar al judaísmo europeo”, dijo el Sumo Pontífice en la sinagoga de Colonia, ciudad de los tiempos de Roma donde, recordó el Papa, las víctimas conocidas de “este crimen inaudito” nazi fueron 7,000 aunque, dijo, “seguro que fueron muchas más”.
“Hoy, lamentablemente, somos testigos del surgimiento de nuevas señales de antisemitismo y de varias formas de hostilidad general hacia los extranjeros”, declaró Benedicto y entonces pidió a cristianos y judíos que luchen contra “las fuerzas del mal”.