"El Premio Nobel de la Paz al más importante líder opositor en Cuba sería una contribución crucial a la paz y la democracia de un pueblo que ha sido privado de sus derechos humanos fundamentales durante demasiado tiempo", señalan los parlamentarios en su carta de nominación.
En opinión de los legisladores, Payá ha sido, en las últimas dos décadas, la figura rectora en la lucha pacífica por los derechos humanos básicos en Cuba y representa a todos los cubanos que añoran un cambio pacífico basado en la reconciliación y el diálogo.
"Creemos que el Premio Nobel de la Paz supondría una contundente advertencia al gobierno cubano de que ha llegado el momento para el cambio", indica Dagrun Eriksen, líder de los diputados del Partido Demócrata Cristiano y una de las signatarias.
Payá, residente de La Habana, dirige el Movimiento Cristiano Liberación y ha basado su labor en la convicción de que todos los seres humanos tienen derechos inviolables. Cree que el derecho a la libertad de expresión es la base sobre la que se pueden resolver los problemas en una sociedad.
Sólo cuando el pueblo pueda expresar por sí mismo sus preocupaciones, Cuba será capaz de encontrar su propia salida a los actuales retos, expresa la declaración.
Jan Tore Sanner, líder de los diputados del Partido Conservador y otro de los firmantes, apuntó que Payá reconoce que la libertad de expresión y el respeto a los derechos humanos fundamentales son unas precondiciones para un desarrollo pacífico. Tore Sanner fue una de las personalidades detrás de la nominación del preso político chino, Lui Xiaobo, ganador del Nobel de la Paz el pasado año.
Payá ha tratado de trabajar consistentemente dentro del marco de las leyes cubanas por medio de documentos que llaman al respeto de los derechos humanos básicos.
Cuando el Proyecto Varela logró conseguir exitosamente las miles de firmas para plantear un referéndum en el 2002, la respuesta del gobierno comunista fue ordenar el arresto de 75 líderes de la oposición en la Primavera Negra del 2003, señalaron los parlamentarios noruegos.
La pasada primavera, Tore Sanner y Eriksen tomaron la iniciativa de formar en el Parlamento noruego un grupo compuesto por todas las formaciones políticas del país para dar apoyo a los prisioneros políticos cubanos.
Luego de la liberación y el exilio forzoso de más de 40 prisioneros de conciencia el pasado verano, 19 de ellos escribieron una carta al grupo de apoyo proponiendo que nominaran a Payá para el Premio Nobel de la Paz.
El respaldo de los antiguos prisioneros de conciencia muestra cómo Payá ha logrado agrupar exitosamente a diferentes grupos de disidentes en torno al diálogo y la resistencia pacífica, asegura Eriksen.
Payá representa la misma lucha pacífica por los derechos humanos que Liu Xiaobo, añade Tore Sanner.
Payá ha continuado con su insistente llamado a la unidad y al diálogo entre cubanos de dentro y de fuera del país. Su programa de Diálogo Nacional y el foro Todos los Cubanos han suscitado que miles de cubanos discutan propuestas para una transición pacífica hacia la democracia. Payá ha vuelto a convocar un referéndum sobre los derechos humanos fundamentales, informa el comunicado.
Por otro lado, Payá Sardiñas agradeció el respaldo para su nominación al Premio Nobel de la Paz y dijo a Radio Martí que ese era un reconocimiento, más que todo, a la lucha que sostienen los cubanos por obtener sus derechos y libertades por tanto tiempo conculcados.
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