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PALABRAS DE CONDOLEEZZA RICE A LA ASAMBLEA GENERAL


“Es un honor maravilloso y tremendo”, dijo Rice, “dar a ustedes la bienvenida a la Florida este año con motivo de la asamblea general de la Organización de los Estados Americanos. Florida es uno de los Estados más vibrantes de Estados Unidos de América porque refleja la diversidad de cada Estado en las Américas.

“Comunidades latinoamericanas y del Caribe están floreciendo aquí en Florida y en todo Estados Unidos porque están en libertad de trabajar duro y soñar en grande.

“La última vez, hace unos 31 años, que la OEA se reunió en Estados Unidos, parecía muy diferente a lo que es hoy. De los 23 Estados miembros, 10 eran dictaduras militares. Se suponía que la democracia era un requisito para ser miembro — pero era un requisito que resultaba muy fácil de ignorar.

“La asamblea general de 1974 fue larga en palabras y corta en acción. Durante siete días líderes de gobiernos no electos hablaron hipócritamente del “ideal” de la democracia. Entrelíneas, sin embargo, el mensaje de los dictadores era claro: Mientras la libertad amenazara a la tiranía, la democracia seguiría siendo un “ideal” y no una realidad.

“Pues bien, estimados colegas, hoy en las Américas la democracia es una realidad.

“Durante las pasadas tres décadas los pueblos de América Latina y el Caribe... han reemplazado la dictadura con la democracia, el conflicto con el comercio y la aplastante miseria social con creciente justicia social. Las naciones libres de las Américas han puesto en claro que los dictadores nunca más sentarán la agenda de nuestro Hemisferio.

“Ahora los miembros democráticos de la OEA comparten el fuerte consenso de que la libertad política y económica es el único camino al éxito duradero. La vertiente de hoy en las Américas no es entre los gobiernos de la Izquierda o de la Derecha. Está entre los gobiernos que son elegidos y gobiernan democráticamente y los que no son.

“Esto no significa menoscabar o subestimar los obstáculos que permanecen en nuestro camino; problemas como la pobreza y la inequidad e instituciones democráticas débiles. El reto que hoy se nos plantea es el reto de la inclusión — de la inclusión de todos los ciudadanos demócratas en el solaz de comunidades seguras, en los frutos del crecimiento económico y en la promesa de movilidad social.

“Distribuir los beneficios de la democracia”, añadió Rice, “es ciertamente un reto dramático. Y la OEA tiene un esencial papel que desempeñar... que es definido por la Carta Democrática Interamericana. En este documento todos afirmamos nuestra intención de defender el derecho de nuestros pueblos a la democracia. Ahora tenemos que cumplir esa promesa.

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