Con el voto de 10 republicanos a favor y ocho demócratas en contra, la Comisión decidió enviar el nombramiento al pleno del Senado. No se fijó la fecha para la votación en el plenario.
Durante cinco horas y media de debates la personalidad volcánica y la “credibilidad de Bolton”, ferviente partidario de la guerra en Irak, fueron criticadas por legisladores de la oposición demócrata y también por algunos de la mayoría republicana.
La salomónica decisión de la Comisión mantiene viva la debatida nominación presidencial de Bolton, dejándola a la decisión del Senado que los republicanos controlan. Pero al no recomendar que el Senado apruebe el nombramiento, la Comisión dio un golpe al presidente George W. Bush en una de las primeras grandes batallas políticas de su segunda presidencia.
La Comisión de Relaciones Exteriores optó por tomar esa decisión cuando uno de los principales senadores republicanos, George Voinovich, de Ohio, se manifestó contrario al nombramiento y calificó a Bolton de arrogante y abusador.
Sin embargo, Voinovich terminó el estancamiento en la Comisión accediendo a que el pleno del Senado vote en vez de unirse al empeño de los demócratas por “matar el nombramiento” en la Comisión.