Los dirigentes de la protesta dijeron que participaron unas 40,000 personas y que la marcha no fue a favor del gobierno, “sino contra la corrupción y el pacto sandino-liberal”.
Participaron líderes disidentes del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), organizaciones cívicas, sindicatos independientes y representantes del Consejo Superior de la Empresa Privada.
El sandinista disidente Herty Lewites, que encabezó a sus simpatizantes portando banderas rojinegras, declaró que la marcha “es el inicio de una gran protesta contra (el líder sandinista) Daniel Ortega y (el encarcelado ex presidente) Arnoldo Alemán que tienen secuestrada a Nicaragua”.
“Este es el inicio del fin de la dictadura bicéfala”, dijo Lewites, que aspiraba a la candidatura presidencial del FSLN y fue expulsado por el partido, que nombró candidato a Ortega por cuarta vez consecutiva.
Se efectuó la Marcha cuando el Secretario General de la Organización de los Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, ya había llegado a Managua para intentar poner fin a la crisis pacíficamente mediante el diálogo como le pidió el jueves el presidente Bolaños.