“Fue para mí un momento triste, pero asombroso que hubiera tanta gente en la Basílica... y que pese a eso hubiera un silencio absoluto”, dijo Lauren Davia, un joven americano que estudia en Roma. Davia agregó que pudo rendirle su último tributo al Papa después de una espera de cuatro horas que comenzó en el frío amanecer de Roma.
La capital de Italia, donde se encuentra el minúsculo Estado que es la Santa Sede, estaba preparada para recibir a multitudes sin precedentes de peregrinos hasta el viernes, día del entierro de Juan Pablo. Algunas autoridades presumían que el número de visitantes pudiera igualar al de los tres millones de habitantes de Roma.
Mientras tanto, el Colegio de Cardenales volvió a reunirse el martes para pulir los detalles del Cónclave para elegir al sucesor del Papa. El nuevo Papa probablemente respetará la trayectoria conservadora de Juan Pablo, quien nombró a 114 de los 117 cardenales con derecho al voto.
Juan Pablo se opuso al divorcio, el control de la natalidad y al aborto, a la ordenación de mujeres y a la eliminación del celibato sacerdotal.
El portavoz del vaticano Joaquín Navarro Valls habló a la prensa acerca de esta reunión y dijo que todavía no había fecha para el comienzo del cónclave que, según las normas de la Iglesia, debe ocurrir entre 15 y 20 días después del fallecimiento del Sumo Pontífice.
Navarro Valls también dijo que al reunirse, los cardenales tampoco habían leído todavía el testamento espiritual de Juan Pablo. Los prelados continuaron el martes repasando los detalles para el entierro del viernes, cuando se dará a Juan Pablo sepultura ceremoniosa cerca del sepulcro del primer Papa, San Pedro.
El portavoz manifestó que 91 de los 183 cardenales ya estaban el martes en el Vaticano. Sólo 117 de ellos, cuya edad no llegue a 80 años, podrán votar en el cónclave.