Las denuncias de que el partido gobernante de Lula usó dinero (que no pagó impuestos) para sufragar costos de la campaña presidencial y sobornar legisladores, han provocado la peor crisis política de Brasil en diez años y dan lugar a la posibilidad de que Lula sea destituido.
El Presidente pronunció el discurso donde pidió a la nación que lo perdone al comenzar una reunión del Gabinete en la residencia presidencial de la Granja del Torto.
“Quiero decir que me siento traicionado por prácticas inaceptables de las cuales nunca tuve conocimiento”, dijo Lula rodeado de su Gabinete. “No me avergüenza pedir al país que me disculpe por el escándalo”.
“Tenemos que pedir que se nos disculpe. El PT tiene que pedir que se le disculpe. El gobierno tiene que pedir que se le disculpe donde se equivocó”, añadió en el discurso trasmitido por radio y televisión. Pidió a los ciudadanos que no pierdan la esperanza.
“Quiero decirles: no pierdan la esperanza... yo ciertamente estoy más indignado que cualquier brasileño”.
Lejos de calmarse, el escándalo arreció el viernes a causa de graves acusaciones de Valdemar Costa Neto, presidente del Partido Liberal del actual vicepresidente de Lula, el empresario José Alencar.
Costa Neto desmintió a Lula diciendo que el Presidente sí sabía que el Partido de los Trabajadores (PT, izquierdista) había pagado con dinero el apoyo liberal en la elección del 2002 que Lula ganó en una boleta donde fue su compañero de candidatura Alencar. El Partido Liberal es pequeño y derechista.