Los manifestantes demandaban una aceleración de la reforma agraria y cambios en la política económica del gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
En los enfrentamientos entre la policía y los participantes en la marcha resultaron lesionados alrededor de 30 manifestantes y más de decena de agentes.
Los incidentes se produjeron después que los líderes de la protesta se entrevistaron con el presidente da Silva, que recibió las peticiones del movimiento campesino.