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Los olvidos de los antiamericanos


Un libro publicado recientemente en España, American Psique. Cosas que se suelen olvidar de los americanos (editorial LoQueNoExiste), cuyo autor es el profesor de comunicación en la Universidad Estatal de Washington César García, abunda en las diferencias entre españoles y norteamericanos.

España es un país del cual varias encuestas serias han asegurado que guarda un, para nada menospreciable, sentimiento antiamericano. Cuba tiene un gobierno que alberga los peores deseos para todo lo que Estados Unidos representa, promoviendo ideas prácticamente inamovibles en algunos imaginarios como es la equiparación sin matices de “americano” a “neoliberalismo”. Como si todo un país pudiera reducirse fácilmente bajo una sola etiqueta ideológica. A pesar de este diagnóstico, tanto en España como en Cuba parece incontestable la importante penetración cultural norteamericana en el seno de sus sociedades.

Si en España el antiamericanismo se basa en la reivindicación de una manera mediterránea de ver y vivir la vida, en Cuba el antiamericanismo parece ser más una coartada del poder para mantener una arista de tensión sobre la que se justifica prácticamente todo. Aún así no parece que el discurso antiamericano que propugna insistentemente el gobierno de La Habana cuaje entre los ciudadanos que siguen escapando precisamente sobre todo a Estados Unidos, país al que muchos se refieren como “el monstruo”, a pesar de considerarlo el horizonte de la libertad. De la misma forma, en España, donde el discurso antiamericano es diferente y no visceral, más bien basado en cierta superioridad moral extendida en Europa cuando se habla del Estado del bienestar, las películas de Hollywood siguen acaparando más del 70% de cuota de pantalla en los cines cada fin de semana, superando así la proyección de producciones europeas. Lo mismo en la televisión, donde triunfan con diferencia las producciones norteamericanas.

Un libro publicado recientemente en España, American Psique. Cosas que se suelen olvidar de los americanos (editorial LoQueNoExiste), cuyo autor es el profesor de comunicación en la Universidad Estatal de Washington César García, abunda en las diferencias entre españoles y norteamericanos. Pero realmente lo interesante de la publicación es que señala los aspectos positivos de la sociedad norteamericana frente a los estereotipos y las caricaturas preponderantes en el imaginario de muchos españoles y europeos. No se trata de un lavado de cara de los norteamericanos sino más bien de una revisión de aspectos de su cultura que contribuyen al progreso de la sociedad y los hacen estar mucho más preparados para asumir los retos de un futuro incierto y lleno de dificultades. La obra de García permite una aproximación al alma norteamericana, desmontando algunos mitos azuzados por sus principales críticos.

No debe ser casual tampoco que precisamente los países donde existe más antiamericanismo no sea costumbre a reconocer y enfrentar los propios errores. En el caso de España la corrupción tolerada, aunque no al nivel endémico con el que existe en Cuba. En ambos países, aunque obviamente en distintos grados, la corrupción está ampliamente extendida, lo que tiene graves consecuencias en cuanto a la confianza entre los ciudadanos, pero lo que es peor, en el progreso en general. Se puede decir que este fenómeno ha minado el grado de confianza entre las personas en estos países que tienden a considerar cierta la máxima que asegura que “el hombre es un lobo para el hombre”. Tal y como afirma García en su libro “con estas premisas, la confianza en el cumplimiento de la ley se hace muy difícil y, por tanto, tener una noción de interés común”. Y recuerda, además, que “un país donde se cumple la ley y la confianza es mayor, la vida suele ser más sencilla y placentera”, a la vez que “una sociedad en la que sus miembros confían más los unos en los otros, independientemente de los lazos sanguíneos, es una sociedad económicamente más próspera”.

Así pues, mientras en países donde el antiamericanismo campa libremente y el caciquismo, el clientelismo y la corrupción hacen estragos en la economía, sociedades como la norteamericana ofrecen muestras de una mayor capacidad para dar respuesta a los problemas. A pesar de los malos augurios sobre la supuesta decadencia del que es uno de los países más prósperos del mundo, la verdad es que el barco sigue adelante. El libro de César García no pretende generar específicamente filias o fobias, pero se entiende la voluntad del autor de poner en valor algunas enseñanzas positivas de un modo de vida que puede ser ejemplar para aquellos que venimos de países donde hay menos confianza entre las personas y mucha más corrupción. No es una cuestión de orgullos patrióticos sino más bien de lo que permite alcanzar un merecido progreso en conjunto, sea en Estados Unidos, España o Cuba.

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