Adam Ereli, portavoz adjunto del Departamento de Estado, dijo lo siguiente el martes a la prensa en Washington respondiendo a la pregunta de un periodista sobre el cese de la circulación del dólar en la Isla:
“Pensamos que esta decisión es un indicio más de que Castro rehúsa hacer lo que es mejor para su propio pueblo. Demuestra que cínicamente él trata de mantener un régimen en bancarrota a expensas de su propio pueblo. Nosotros lo vemos como una medida confiscatoria que demuestra que nuestra... que la política del presidente Bush, está dando resultados; está exprimiendo al régimen y causando que ellos tomen medidas extremas que subrayan su debilidad inherente.
“Nuestro compromiso es trabajar para el día en que el pueblo cubano sea libre para edificar la democracia fuerte y la próspera economía que le niega el régimen de Castro", añadió Ereli.
El periodista preguntó a Ereli si la medida de Castro en relación con el dólar indica que “Cuba está sintiendo el apretón de la dura...”
“Seguramente”, respondió Ereli, “Cuando ellos impiden a su propio pueblo gastar dólares y le exigen canjearlos pagando una comisión del 10 por ciento, esto es bastante draconiano”.
El martes, un día después del anuncio que hizo Castro en el programa televisivo Mesa redonda, muchos cubanos se apresuraron a cambiar sus dólares por el peso cubano convertible para no pagar el recargo del 10 por ciento que entra en vigor el 8 de noviembre, según dice la Resolución 80/04 del Banco Nacional que contiene la medida “confiscatoria” que Castro anunció.
El cambio de dólares americanos por el peso convertible será gravado en 10 por ciento después de esa fecha a diferencia de otras monedas extranjeras. El régimen de La Habana ha sugerido que las remesas de cubanos desde Estados Unidos se hagan después de ese día en otras monedas, como el euro y el dólar canadiense, para evitar el pago del recargo.