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La abuela indeseada


Ahora, lo que muchos cubanos no saben es que el nombrecito Granma es un espantoso ridículo y contrasentido total, sobre todo para esa zona rica en la historia cubana donde nuestro naciente ejercito mambí comenzó la lucha por la independencia.

Las dictaduras tratan a toda costa de ser originales, monumentales y en su afán por marcar pautas inolvidables en la historia de los pueblos que reprimen, asumen títulos y bautizan lugares con nombres afines a su causa, gracias al poder absoluto con que cuentan, aunque esos nombres no representen el sentimiento histórico y natural de esas localidades.

El castrismo no resulta la excepción de esta regla que desarrollaron con singularidad los emperadores romanos. Por ejemplo el mes de agosto en el calendario gregoriano es por Augustus Octavius y julio en honor de Julio Cesar.

Hay más casos. El nefasto dictador de Uganda, el criminal Idi Amin Dada rebautizó al Lago Victoria con su nombre y Stalin renombró a la ciudad de Tsaritsyn con Stalingado y el histórico San Petersburgo se llamó Leningrado cuando murió el líder de la revolución rusa.

Ante una dura disyuntiva se enfrentaba la ambición mesiánica de Fidel Castro y sus seguidores, quienes juraban hasta por su madre que ellos si no estaban en el culto a la personalidad, que lo de ellos era una revolución tan verde como las palmas y todo el guión de ficción, digno de ser envidiado por el mismísimo George Lucas, que trazaron en los comienzos.

De seguro que el deseo de trascender, de ver sus nombres en estatuas, zonas geográficas por parte de estos dictadores es tan urgente, como el que padecen los alcohólicos frente a una botella de licor. Deben soportar sudores fríos, temblores en las manos y todo tipo de males para aguantar su adicción, sin embargo como decía mi madre Delcina. “El venado siempre tira para el monte” y los dictadores siempre caen dentro de esta embriaguez por repercutir.

Me imagino que se preguntarían. ¿Qué hacer? ¿Cómo enganchamos el nombre de Fidel sin declararnos enfermos al culto a la personalidad? La oportunidad les llegó cuando en 1976 invalidaron la vieja canción de “seis lindas cubanas” que era el número de las provincias de la isla en ese entonces: Pinar del Río, La Habana, Matanzas, Santa Clara, Camagüey y Oriente.

Un año antes con la celebración del Primer Congreso del Partido Comunista nos acabaron de colocar el ultimo grillete con una constitución dictatorial que afirmaba en su articulo primero que: “El Partido Comunista de Cuba, martiano y marxista-leninista, vanguardia organizada de la nación cubana, es la fuerza dirigente superior de la Sociedad y el Estado, que organiza y orienta los esfuerzos comunes hacia los altos fines de la construcción del socialismo y el avance hacia la sociedad comunista”

Ya sodomizado el país, fue fácil el invento de las 14 provincias y justamente ahí el castrismo anotó su gol para pasar a la inmortalidad cuando en la zona de Bayamo y Manzanillo decidieron colocar una provincia con el nombre de Granma, como el yate que los transportó desde México.

Ahora, lo que muchos cubanos no saben es que el nombrecito Granma es un espantoso ridículo y contrasentido total, sobre todo para esa zona rica en la historia cubana donde nuestro naciente ejercito mambí comenzó la lucha por la independencia. Esa provincia bien pudo llamarse Cespediana en honor a Carlos Manuel de Céspedes, nuestro Padre de la Patria.

Pero no, nada de Céspedes, hay que recordar a la victoriosa revolución y al invencible comandante en jefe. No basta con el periódico, así que Granma llamaremos a toda esa zona del oriente cubano.Dijeron los castristas.

Y para aquellos que no lo saben Granma es la abreviación de abuela en ingles. Si, si no se sorprendan ,Granma es el apocope de Grandmother o sea abuela, pero no importa hay que ponerlo porque es el yate que trajo a los nuevos libertadores de Cuba y por supuesto nadie se atreverá a protestar.

Como buenos criminales históricos los castristas tenían una coartada para poner ese nombre por encima del propio Bayamo o Manzanillo y es que ambas ciudades disputaban por ser las titulares de la provincia.. Esa fue la excusa. Hay que asimilar y creer, que el mismo gobierno que decía ser la fuerza organizadora del país, ¿permitiría una controversia entre Bayamo y Manzanillo!? sobre el nombre definitivo de la provincia. Hazme el favor. Eso no se lo cree nadie.

Ya el nombre de la nueva provincia estaba cocinado. De esa manera los granmenses tienen un nombre ingles, que si lo llevan al español se llamarían “abuelenses” y su provincia “Abuelita”.

Si el asunto no fuera tan triste movería a la risa. El día que exista un gobierno racional, democrático y justo en la isla, una de las primeras tareas que debe hacer es eliminar a esta provincia Abuela dentro de nuestro mapa geográfico, que lejos de ser el emblema de una viejita dulce y compasiva representa la imposición y desparpajo de una dictadura.

En definitiva, si Calígula le otorgó el puesto de cónsul y máximo sacerdote a su caballo “Incitatus”, Fidel Castro y su gobierno bautizaron a toda una región con el indeseado título de abuela.

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