La de anoche fue la noche que todos los demócratas de Boston esperaban ansiosamente: John F. Kerry, su candidato presidencial, aceptó la postulación oficialmente y puso punto final a la Convención Nacional de su partido con un desafiante discurso político.
Su discurso fue televisado a toda la nación. Kerry trató de ofrecer una descripción positiva de sí mismo como "héroe de guerra" y fuerte líder decidido a ganar la batalla al terrorismo.
Kerry abordó varios temas:
Retó a Bush en la cuestion de la guerra en Iraq y dijo que si es elegido Presidente, su administración sólo lanzaría al país a una guerra porque no tiene más remedio y no porque lo desee.
Con el propósito de impedir que la campaña electoral de Bush se adueñe del tema de la seguridad nacional, Kerry prometió reforzar la maquinaria militar de Estados Unidos y "reparar" las alianzas en ultramar.
Además prometió trabajar para liberar a Estados Unidos de su dependencia en el petróleo extranjero.
El discurso de clausura dio culminación a cuatro días de Convención Nacional Demócrata cuyo propósito era darlo a conocer a muchos millones de indecisos electores y convencerlos que Kerry era un hombre probado en la guerra y dispuesto a asumir el mando en una era de terrorismo.
También Kerry intentó convencer a los electores que padecen males económicos al cabo de cuatro años de gobierno republicano.
La participación de Kerry en la Guerra de Vietnam fue un asunto tocado una y otra vez en la Convención Nacional.
Poco antes de hacer uso de la palabra, se exhibió en el salón de la Convención un vídeo de su vida y su servicio como soldado.
La multitud allí congregada eruptó en vítores cuando Kerry terminó su discurso de 45 minutos con la optimista predicción de que "nuestros mejores días están por llegar".
Algunas encuestas electorales anteriores a la Convención mostraron a Kerry empatado o con leve ventaja sobre el presidente Bush. Otras lo mostraban perdiendo terreno. Por lo menos en una de estas encuestas la respuesta del 54% de los entrevistados fue que apenas conocían la posición del candidato demócrata en relación con los asuntos nacionales más importantes.
Sea cual sea el impulso que Kerry reciba gracias a la Convención Nacional, los republicanos tienen el propósito de anularlo rápidamente cuando celebren próximamente su propia Convención en Nueva York para postular a Bush y al vicepresidente Richard Cheney para la reelección.
El director de la campaña electoral de Bush, Marc Racicot, emitió una declaración en la cual dice que Kerry no había explicado aún "sus incosistencias y contradicciones en el frente central de la guerra contra el terrorismo".
"John Kerry", subrayó Racicot, "perdió la oportunidad de ayudar al pueblo americano a comprender su voto a favor de la guerra en Iraq basado en la misma información de la inteligencia que el Presidente examinó".
En su discurso, Kerry censuró a la Casa Blanca por tratar -- dijo él-- de calificar de falta de patriotismo a quienes critican la guerra contra el terrorismo.
"Esta noche tenemos un importante mensaje para quienes ponen en tela de juicio el patriotismo de los americanos que ofrecen un mejor derrotero a nuestra nación", dijo Kerry. "Antes de envolverse en la bandera y cerrar ojos y oídos a la verdad, deberían recordar qué cosa es Estados Unidos de América.¿Ven aquella bandera que hay allí? Pues yo peleé bajo esa bandera y también lo hicieron muchos de ustedes que están aquí y en todo el país. Esa bandera ondeó en la torreta de artillería sobre mi cabeza . . . Esa bandera no pertenece a ningún Presidente", dijo Kerry."no pertenece a ninguna ideología y no pertenece a ningún partido político. Pertenece al pueblo americano".
En términos generales el mensaje de Kerry tuvo el propósito de calar hondo en las clases media y baja, especialmente en sus preocupaciones económicas.
El presidente Bush, que no pierde tiempo, partía el viernes de su rancho en Texas hacia e la región central del Oeste. Sus ayudantes dicen que en ese viaje revelará propuestas para ayudar a la nación a ajustarse a las presiones económicas de este siglo.