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Investiguen la muerte de Payá


¿Asesinatos disimulados? Zapata, privado de agua; Payá, embestido por un auto
¿Asesinatos disimulados? Zapata, privado de agua; Payá, embestido por un auto

Dos testigos sobrevivientes, Ángel Carromero y Jens Aron Modig, han dicho que el auto que los sacó de la vía tenía placas del gobierno cubano.

La democracia es un proceso complejo. Puede llevar al caos, al fracaso económico y a una convulsión social. La democracia también puede llevar a la realización personal basada en las libertades fundamentales de expresión, culto, trabajo y organización política. Pero esto también requiere una libertad fundamental del temor que causa una tiranía.

Los tiranos y dictadores luchan contra la democracia porque su poder viene de abajo, porque los individuos tienen poder sobre el Estado. Las dictaduras aplastan a los que luchan por la libertad porque ellos ponen en tela de juicio su legitimidad. Un ejemplo de esto es el líder de la oposición en Cuba Osvaldo Payá Sardiñas que murió el año pasado en circunstancias misteriosas.

Payá comenzó un movimiento pacífico a favor de un cambio constitucional en Cuba conocido como el “Proyecto Varela” cumpliendo con el requisito de obtener un mínimo de diez mil firmas para cambiar una ley. Payá recogió más de once mil firmas de hombres y mujeres que corriendo grandes riesgos optaron por apoyar abiertamente un cambio político constitucional pacífico para su país. Lamentablemente, aunque no fue una sorpresa, la respuesta del gobierno de Castro vino violentamente con lo que ahora se conoce como la “Primavera Negra” cuando 75 amigos y aliados de Osvaldo Payá, incluyendo 29 periodistas independientes, fueron encarcelados.

Payá sabía que la libertad económica necesita libertad política. Al tratar el régimen de Castro de ofrecer algunos cambios económicos en la isla, Payá representaba una clara y definida amenaza política. Si hubiese habido un momento en que a los cubanos se les permitiera votar por un nuevo líder, Osvaldo Payá pudiera haber sido la única persona capaz de ganar con votos. Ahora, esto nunca se sabrá porque Payá murió junto al activista Harold Cepero en julio del 2012 cuando el auto en que viajaban fue aparentemente chocado por detrás y sacado de la vía por asaltantes no identificados.

Dos testigos sobrevivientes, un abogado español de 27 años, Ángel Carromero, y un sueco, Jens Aron Modig, han dicho que el auto que los sacó de la vía tenía placas del gobierno. En la edición de marzo 31 del WashingtonPost.com puede leerse una entrevista muy completa con Carromero. Ese periódico ha revisado meticulosamente el caso que parece probar que el gobierno cubano asesinó al activista de derechos humanos.

La Administración Obama y diez Senadores están, con razón, pidiendo una investigación independiente de la muerte de Osvaldo Payá Sardiñas. Su hija, Rosa María Payá, fue a España a hablar con Carromero y esto hizo que él decidiera hablar sobre los horrores a que fue sometido por el gobierno cubano. Yo he hablado con Rosa María Payá por teléfono en el programa radial “Zona Política con Helen Aguirre Ferré” de Univisión América sobre su busca de la verdad sobre la muerte o quizás asesinato de su padre.

La democracia no puede imponerse, requiere un liderazgo valiente para enfrentarse a las fuerzas del gobierno. Nosotros, los que vivimos en democracias, tenemos que apoyar esos esfuerzos si es que vamos a actuar de acuerdo con nuestros valores. Necesitamos darles apoyo abierto a esos hombres y mujeres que trabajan por los derechos civiles y humanos en otros países y es justo que apoyemos una investigación independiente de la muerte de Osvaldo Payá.

Publicado en Diario Las Américas el 6 de abril del 2013
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