A nombre del gobierno del presidente George W. Bush, el Subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Roger Noriega, calificó de "grotescas" las medidas que ha tomado el gobierno comunista de Fidel Castro en un intento por frenar en la isla el plan de Washington para acelerar la transición política hacia la democracia total eliminando al actual régimen dictatorial de La Habana.
La agencia británica de noticias Reuters dijo que en una entrevista telefónica que se le hizo, Noriega manifestó que a Castro siempre le agrada hacerse la víctima y culpar de sus fracasos a otros.
Según Reuters, Noriega le dijo que las medidas que Castro impone al pueblo de Cuba para impedir la democratización en la Isla, pueden resultar perjudiciales para ese país
porque contribuyen a alimentar el mercado negro de bienes robados al propio gobierno.
"Lo que queda expuesto (con la reacción de Castro) es el control absoluto del régimen sobre la economía del país", dijo Noriega.
"Francamente, las medidas son bastante grotescas. Es obvio que Castro está suspenso en economía si piensa que la gente continuará yendo (a las tiendas estatales) para pagar esos precios", subrayó Noriega.
El régimen castrista anunció el lunes por la noche que suspendía hasta nuevo aviso todas las ventas en las tiendas estatales que venden en dólares, con excepción de alimentos y artículos de aseo personal.
Dijo también que es inminente una subida de precios, incluido el precio de los combustibles, a causa del plan de Washington para acabar con el régimen dictatorial castrista.
El martes hizo otro anuncio: que convocaba a una "movilización en La Habana para el viernes próximo" para protestar contra la política democratizadora del presidente Bush que el régimen califica de "política fascista".
La televisión castrista (no hay otra en Cuba) divulgó un comunicado gubernamental anunciando que "este viernes, el Malecón habanero será escenario de una gigantesca marcha de protesta contra la política fascista de Bush hacia Cuba".
Agrega el comunicado que "nuestro pueblo no está dispuesto a ser humillado, ultrajado y pisoteado" y que el régimen comunista de casi medio siglo en el poder no cederá ante "el enemigo" que pretende "doblegarnos por hambre y enfermedades".
"Eso se va a poner difícil, pero los cubanos aguantamos mucho. No puedo decir más porque esto no hay quien lo entienda", decía el martes por la noche una cubana mientras esperaba su turno para pagar en caja en una tienda estatal algunos productos que había comprado antes de que el gobierno castrista subiera los precios.