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'Granma' esconde a los rebeldes libios


El régimen de La Habana muestra unas ganas inmensas de desacreditar cualquier lucha que, bajo el nombre de rebelde, se presente frente a sus aliados.

Libia se ha convertido en los últimos días en un tema central en los medios cubanos. Aún así su tratamiento está más próximo a los intereses propagandísticos del régimen y a la defensa de un gobierno amigo como lo es el de Muamar Gadafi que no a la voluntad de ofrecer los datos más cercanos a la realidad. Lo delicado del asunto es que para muchos cubanos la única posibilidad de informarse sobre lo que sucede en el país árabe es la que se permite a través de los medios estatales de forma que, hoy por hoy, los ciudadanos de la Isla deben pensar que la OTAN es una organización terrorista desalmada que muestra sus colmillos ensangrentados por la muerte de miles de inocentes, mientras que prácticamente pueden llegar a desconocer que en realidad la chispa del conflicto saltó precisamente con la llamada Primavera Árabe, un movimiento que, desde este pasado invierno, está barriendo a los autócratas de la región, bajo el reclamo de mayor libertad, justicia social y democracia para sus países.

La mecha fue encendida por un joven vendedor de frutas en Túnez que, al quemarse vivo en denuncia por su situación desesperada, originó la que es sin duda la mayor ola de revueltas de los últimos tiempos en el mundo árabe y mantiene el Mediterráneo durante todo este 2011 al rojo vivo. Después de Túnez y la salida de Ben Ali, llegó el turno a los egipcios que, en su plaza Tahrir en El Cairo, escribieron una nueva página en su historia: la que miles de jóvenes decidieron imprimir, ayudados por una oposición que venía trabajando desde hace tiempo para liberar el país de la dictadura de Hosni Mubarak, así como por las nuevas herramientas digitales que, finalmente, contribuyeron a que sus ganas de libertad pudieran canalizarse, y lo que es más importante, organizarse. Hoy Hosni Mubarak, el Faraón, comparece ante la justicia donde es juzgado por sus crímenes.

Poco o nada interesa todo esto a los medios cubanos, en estos días probablemente los más volcados en defender a los gadafistas en el panorama mediático mundial, cuando ya incluso la China se ha puesto de parte de los rebeldes. Para ello es preciso presentar a la OTAN como el principal actor de un conflicto (o su inspirador) que no se entendería sin la inestimable contribución de los años de represión ejercida por un Gadafi especialmente resolutivo en la creación y consolidación de un Estado de terror y paranoia desde que llegara al poder, hace ya 42 años. Las fuerzas occidentales se presentan en Granma como si de una alianza de maleantes se tratara y a través de los medios castristas se esparcen bulos como el que difunde que un barco aliado desembarcó este fin de semana en Trípoli a miembros de Al Qaeda que habrían llegado para unirse a la lucha de los rebeldes.

Precisamente la palabra rebelde es notoriamente escamoteada en las páginas del periódico Granma, sin duda alguna el más leído en Cuba, entre otras cosas porque no hay otro. El lunes 22 de agosto, después de un angustiante domingo para el régimen de Gadafi, al que ya se daba prácticamente por finiquitado, Granma ofrecía dos versiones de los hechos. En su edición en papel hablaba de una matanza de la OTAN, mientras que en su edición digital (la que se lee mayoritariamente en el exterior) el sujeto de la noticia eran los rebeldes, los cuales, en la edición en papel, figuraban mencionados simplemente como “opositores libios”, en un segundo plano, guiados por la alianza atlántica. Puede que sea una situación fortuita, pero lo más probable es que ese doble relato tuviera algún tipo de explicación e intencionalidad. Si bien a los cubanos que están en Cuba se les puede esconder parte de la realidad del conflicto, a los que tienen una mínima posibilidad de contrastar información a través de Internet hay que darles una noticia más próxima a la realidad. Cuando uno puede contrastar informaciones es más fácil atrapar a los mentirosos y sus embustes.

La información sobre las supuestas acciones coordinadas entre la OTAN y Al Qaeda habrían tenido como fuente a un ex agente de la inteligencia de Gadafi, y a la vez cuñado del dictador, que habría trasladado esta versión a los periodistas concentrados en el hotel Rixos de Trípoli, invitados por el régimen y hasta hace escasas horas retenidos en contra de su voluntad.Uno de los medios castristas en Internet, Cubadebate, daba por hecho que esta información era totalmente cierta, sin citar la fuente de la que procedía, en una nota firmada por un periodista francés, y activista de izquierda radical, Thierry Meyssan. El régimen de La Habana muestra unas ganas inmensas de desacreditar cualquier lucha que, bajo el nombre de rebelde, se presente frente a sus aliados. Hoy los rebeldes libios, cuyas imágenes recorren el planeta con sus ametralladoras alzadas, se asemejan mucho a las que se recuerdan del fervor revolucionario en la Cuba de 1959. La imagen de Fidel y Raúl Castro con sus armas alzadas que aparece diariamente en la portada de Granma muy bien pudiera sustituirse por una protagonizada por rebeldes libios. Pero los viejos rebeldes, devenidos tempranamente tiranos, son ante todo hoy los defensores de la autocracia, y por consiguiente, del abuso de poder. Es así como ya están pasando a la historia porque ese es su rol.

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