Enlaces de accesibilidad

El Titanicastrismo y el miedo


Los cubanos en la isla pierden poco a poco el miedo ante las amenazas directas o veladas de los aparatos represivos del castrismo.

La industria más efectiva de la dictadura castrista en toda la historia de su poder enfermizo y a la que le dedica todo sus esfuerzos en ser más eficientes es en la producción de crear miedo.

A través de sus mecanismos represivos, que van desde los odiosos mítines de repudio, los núcleos del partido comunista, los comités de bases de la juventud hasta la seguridad del estado y la policía, sin olvidar los comités de defensa, entre los más notables, todos y cada uno de ellos son eficientes productores del miedo.

Por ello cuando los individuos reprimidos dentro de la dictadura pierden el miedo y lo manifiestan a viva voz representan un peligro tan grande para la supervivencia de la propia dictadura.

La muerte de Orlando Zapata, la huelga de hambre de Guillermo Fariñas y la valiente postura de las Damas de Blanco, son picos visibles de un iceberg de inconformidades que crece cada día de forma silenciosa dentro de la isla y amenaza con hundir a la nefasta nave del “Titanicastro”

En realidad los males del gobierno no radican en ese grupo de mujeres, ni de los opositores, sino en toda su inoperancia económica, su laxitud ante los problemas sociales y sobre todo a su dogmática manera de conducir el destino de la nación.

Un gobierno que mantiene una diferencia abismal entre los salarios de sus trabajadores y el costo de la vida, que cada minuto que pasa las casas de las personas se deterioran mas sin esperanzas de componerlas, un país donde en un raro maridaje viven dos monedas que enajenan a la población, donde la violencia, la marginalidad y los actos ilícitos es el pan nuestro de cada día y en el que los jóvenes solo vislumbran sus futuros con la mirada puesta hacia el exterior, no es precisamente un gobierno que puede catalogarse como popular y amado.

Un gobierno así debería enfocarse más en solucionar estos problemas, que en perseguir opositores y disidentes; pero no se le puede pedir a una dictadura que actúe a favor de la población, es como pensar que a la rana le crezcan pelos.

Por todo eso y mucho más a estas alturas las palabras de Fidel Castro, el 2 de abril de 1959 en el desaparecido canal CMQ, son un verdadero chiste y resultan el más claro ejemplo de cómo mintió a la gran mayoría de la población en aquel entonces.

"La democracia es derecho para unos y para otros, que se discutan todas las teorías, todas las prédicas que se escriban, que se discutan, porque el hombre es razón y no fuerza, el hombre es inteligencia y no imposición y no capricho, que se hable, que se discuta, que lo que nosotros estamos buscando en esa libertad donde todas las ideas se discutan, en que todos tengamos derecho a pensar, libertad para escribir, libertad para reunirse, para todos los actos lícitos y legales. Hay que darle al hombre más cosas, hay que darle libertad, pero hay que darle fundamentalmente, la amplia oportunidad de satisfacer sus necesidades. El hombre es verdaderamente demócrata... Y aunque sea en una esquina y donde lo oigan 20 personas si no lo pueden oír 100, ese hombre pueda expresar su pensamiento.

Y si quieres sacar en mimeógrafo una tesis política que la imprima y la reparta en la Universidad sin que se lo lleven a la estación de policía. Es conveniente que nosotros pensemos que al hombre no solamente hay que darle libertad para que su individualidad se desarrolle debidamente y libremente, sino también darle la oportunidad de vivir, porque tiene que vivir bajo techo, vestir, comer y no solamente eso, divertirse y pasear..."

Medio siglo después nada de lo que anunció Fidel Castro en la televisión hoy en día su gobierno lo cumple. En Cuba no existe democracia, ni las personas tienen derechos y mucho menos libertades, salvo la que determina la propia dictadura.

El premio Nobel de literatura, la escritora rumano alemana Herta Muller dijo que bajo las dictaduras, las fronteras de las personas son trazadas intencionalmente y vigiladas por los aparatos represivos.

“Tienen una finalidad. Ésta consiste en prohibir la libertad, impedir que surja la idea de libertad. La función de esas fronteras es dañar a las personas, destruirlas psíquicamente, hacerlas dependientes del miedo, domarlas. Funciona en cada dictadura, precisamente porque éstas trabajan el día entero en esa dirección, perfeccionan cada vez más su método hasta reducirlo al absurdo, hasta que se viene abajo por sí mismo”.

Y en su frenética lucha contra el hundimiento, el “Titanicastrismo” recurre a sus viejas formulas de tildar como “asalariados”, “marionetas del imperio” y otros de sus nombres a las damas y a los huelguistas de hambre, quienes en realidad son personas humildes empujadas a esta situación debido a las mismas acciones del régimen.

El castrismo en su afán de tapar los horrores de su sistema político trata incluso de restar meritos al impresionante acto de Orlando Zapata, quien fiel a sus principios entregó el don más preciado: su propia vida.

El ejemplo de Zapata y el de Guillermo Fariñas pusieron en una situación incómoda al reaccionario gobierno de Raúl Castro que no sabe cómo actuar ante esta demostración de coraje y esgrime su viejo argumento de confabulaciones internacionales.

En realidad hasta muchos amigos del régimen, como los socialistas españoles y chilenos criticaron su desempeño frente a la muerte de Zapata, algo que La Habana calificó “como plegarse a la campaña anticubana”.

Lo más importante de todo este escenario es que los cubanos en la isla pierden poco a poco el miedo ante las amenazas directas o veladas de los aparatos represivos del castrismo. Ya no les importan las golpeaduras, los gritos de las turbas callejeras, de las presiones del poder estatal reflejadas en negarles el acceso al trabajo, la escuela o servicios esenciales.

Nada intimida a quienes se colocaron en medio de esta lucha dentro de Cuba y hoy más que nunca esos hombres y mujeres humildes, quienes dijeron basta y prefieren quedarse y luchar antes que abandonar su patria, necesitan la solidaridad de todas las personas que estén en contra de las injusticias.

Esos hombres y mujeres que en Cuba entablan una lucha desigual frente a un régimen despótico y agresivo merecen nuestro respeto y admiración ante su sacrificio.

Ellos perdieron el miedo, un paso importante para acabar con la dictadura. No será hoy, ni mañana, pero los días del “Titanicastro” están contados con un iceberg que cada día crece más.

XS
SM
MD
LG