Durante una visita a Pekín, la funcionaria dijo que sería beneficioso que China ratificara el tratado de Naciones Unidas sobre los Derechos Políticos y Civiles.
Agregó que la Unión Europea no vincula directamente la suspensión del embargo a los derechos humanos, pero que el progreso en ese sentido podría crear un clima propicio para la cancelación de la medida.
Por otro lado, aseguró que la ley anti-secesionista china enfocada hacia Taiwán ha tenido una incidencia negativa en los esfuerzos por cancelar el embargo impuesto en 1989, tras la represión contra los manifestantes prodemocráticos en la Plaza de Tiananmen.