El senador John Edwards pidió el miércoles por la noche, en su discurso de aceptación vicepresidencial ante la Convención Nacional del Partido Demócrata, que el pueblo vote por el senador John F. Kerry para Presidente de Estados Unidos de América.
Edwards aceptó así la postulación a la vicepresidencia y mencionó que él tuvo raíces humildes en pequeñas poblaciones textileras del Sur y fue el primer miembro de su familia que pudo estudiar y llegar a la universidad.
"Me he superado a fuerza de trabajo y se me han presentado oportunidades que están mucho más allá de lo que pudiera haberme imaginado jamás", dijo Edwards, de 51 años, que como abogado acumuló millones antes de ser elegido senador federal en 1998.
Los 4,300 delegados demócratas vitorearon al candidato vicepresidencial en un mar de gallardetes rojos y blancos y con estruendosos gritos de "¡Edwards, Edwards!"
Edwards resucitó un tema de su fracasado intento de meses atrás parar hacerse postular para la presidencia, cuando dijo a la Convención Demócrata que "la verdad es que vivimos en dos Américas", una para los ricos y otra para todos los demás.
"No tiene que ser así", dijo en su discurso, el cual ha sido calificado de optimista y populista. "Podemos construir una sola América".
Edwards comprendió que su discurso de aceptación, televisado a toda la nación a la hora de mayor teleaudiencia, le presentaba una gran oportunidad para presentarse y presentar al candidato presidencial Kerry, a millones de americanos, muchos de los cuales poco saben acerca de los dos demócratas.
Edwards, a quien Kerry incluyó en la boleta hace tres semanas, calificó a Kerry de "Decisivo. Fuerte. ¿No son ésas las cualidades que ustedes quieren ver en un comandante en jefe?"
Los demócratas convirtieron el evento en una cosa de familia.
Los padres de Edwards (Wallace y Bobby Edwards) estaban allí. La persona que hizo su presentación fue su esposa Elizabeth, quien a su vez fue presentada por su hija Cate, de 22 años. También estaban sus dos hijos menores -- Emma Claire, de 6 años, y Jack, de 4.
"Nos merecemos dirigentes que permitan que su fe y su núcleo moral -- nuestra fe y nuestro núcleo moral -- nos unan y no nos separen cada vez más", dijo Elizabeth cuando presentó a su esposo. "Nos merecemos líderes que crean en cada uno de nosotros".