Sin embargo, Rumsfeld advirtió que pasará tiempo hasta que las fuerzas de seguridad iraquíes puedan aplastar a la sangrienta insurgencia del país y que la tarea que las tropas de Estados Unidos tienen por delante es ayudar mientras tanto a las fuerzas iraquíes a combatir a la subversión antidemocrática aunque en resumidas cuentas son los iraquíes quienes quedarán para alcanzar la victoria sobre ella cuando las fuerzas americanas se retiren.
Rumsfeld, el funcionario gubernamental americano de más jerarquía que ha visitado Iraq después de la histórica elección nacional del 30 de enero, llegó al amanecer del viernes en avión a Mosul (390 kilómetros (240 millas) al norte de Bagdad) y dijo a las tropas americanas que aunque la elección habían sido un gran día para Iraq, “todavía quedan problemas por resolver”.
Washington está dedicado a la reconstrucción de las fuerzas armadas y la policía de Iraq y el viaje de Rumsfeld fue para ver si había mejorado la capacidad de las fuerzas de seguridad iraquíes.
"Hay que esperar que muchos no se comporten y actúen como si fueran veteranos curtidos en el campo de batalla. Pero un día, muy pronto, lo serán”, dijo Rumsfeld a las fuerzas americanas. "Tendrán que serlo con el tiempo para derrotar a la insurgencia”.
Después de reunirse con el primer ministro Ayad Alahui, Rumsfeld declare que el entrenamiento de las fuerzas iraquíes “está fructificando”.
Rumsfeld llegó a Iraq procedente de Niza, Francia, donde los ministros de Defensa de los países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se reunieron y acordaron que todos los aliados estarán participando en la misión de entrenar a las fuerzas iraquíes cuando el 22 de febrero los jefes de Estado de OTAN se reúnan en conferencia.
Este anuncio lo hizo el jueves en aquella ciudad francesa el Secretario General de OTAN, Jaap de Hoop Scheffer.