Julio Beltrán Iglesias, periodista independiente, dijo a Radio Martí que los campesinos han sido tantas veces engañados y estafados por las autoridades que difícilmente caerán ahora en la trampa de tomarse las cosas en serio y lanzarse a la nueva aventura.
Por su parte, Georgina Noa, miembro de la Federación Latinoamericana de Mujeres Rurales, consideró que es poco el interés del cubano por una agricultura basada, fundamentalmente, en métodos arcaicos y donde sigue arándose la tierra con el tiro de bueyes, mientras el trabajador del campo busca independencia y no controles estatales.
Según ha informado la prensa oficial, 40 por ciento de la superficie cultivable de Cuba permanece ociosa, pese al plan de entrega de tierras en usufructo iniciado en 2008.
Casi un millón 180 mil hectáreas se habían entregado hasta el 11 de enero. De ellas más de 70 por ciento está en la fase de preparación de los suelos y en el restante 30 por ciento no se ha hecho nada.
El Centro Nacional de Control de la Tierra autorizó 128 mil 435 solicitudes, de un total de 155 mil 660 presentadas desde que entró en vigor la disposición.
Tras años de ineficiencia acumulada en la producción de alimentos que obligó a las autoridades a comprar cerca de 2.000 millones de dólares en productos comestibles en el exterior -sobre todo arroz, frijoles y carne de pollo- se inició, hace dos años, el proceso de asignación en usufructo de tierras a quienes lo soliciten.
El gobierno reconoce que en el proceso se han cometido errores debido al desconocimiento, la burocracia y la falta de rigor en los trámites.
En 2008, un estudio de la Oficina Nacional de Estadísticas indicó que la isla tenía 6 millones 600 mil hectáreas "agrícolas", de las cuales 3 millones 600 mil permanecían ociosas o subexplotadas, en ese momento.
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