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Comunistas venezolanos, aliados del chavismo


Partido comunista de Venezuela
Partido comunista de Venezuela

El 7 de noviembre de este año de gracia de 2017, en la Plaza Bolívar de Caracas, lo que queda del Partido Comunista de Venezuela (PCV), realizó un acto precario y patético, de homenaje a los Cien Años de la siniestra Revolución Bolchevique rusa.

El PCV se funda el 5 de marzo de 1931 y, para hoy, es el partido más antiguo de Venezuela. Enviados de la Escuela de Cuadros Leninista de Moscú, pertenecientes al Buró del Caribe de la Internacional Comunista, fueron los encargados de activar la creación del partido.

Y entre sus primeros inspiradores estuvieron los intelectuales Pio Tamayo (poeta), Rodolfo Quintero, Kotepa Delgado, Miguel Otero Silva, Juan Bautista Fuenmayor, Fernando Key Sánchez, Miguel Acosta Saignes, Pedro Juliac, Salvador de la Plaza, Olga Luzardo, Gabriel Bracho Montiel, Gustavo y Eduardo Machado…

Posteriormente se incorporaron hombres de extracción obrera y profesionales como Jesús Farías, Luis Miquilena, Cruz Villegas, Pompeyo Márquez, Laureano Torrealba, Carlos Arturo Pardo, Luis Evaristo Ramírez, Eloy Torres, Eduardo Gallegos Mancera, Pedro Ortega Díaz, Alonso Ojeda Olaechea, Manuel Taborda, Carlos Augusto León, Ernesto Silva Tellería, Manuel Isidro Rodríguez, Guillermo García Ponce, Teodoro y Luben Petkoff, Antonio José Urbina, Bayardo Sardi, Freddy Muñoz, Eleazar Díaz Rangel, Juvencio Pulgar, Alexis Adams, Alfredo Maneiro, Douglas Bravo, Alí Rodríguez Araque, Manuel Caballero, Alfredo Padilla…

A pesar de tantos nombres de intelectuales y líderes políticos en la palestra del partido comunista, el emblemático lider de esta agrupación durante todo el Siglo XX, fue Gustavo Machado, un hombre obediente al comunismo ruso, que seguía las directivas del Kremlin y que sufrió cárceles y exilio y fue parlamentario y candidato presidencial.

Línea política azarosa

El PCV combatió la dictadura de Juan Vicente Gómez, enfrentó y se reconcilió con el gobierno de transición de Eleazar López Contreras, acusó de fascista al presidente Isaías Medina Angarita y, después, para obedecer órdenes de los comunistas de Moscú, terminó apoyándolo en el marco de la II Guerra Mundial, en la cual Rusia formaba parte de los Aliados (Unión Soviética-EEUU-Inglaterra-Francia…), rechazó y más tarde aceptó los gobiernos de los rómulos Betancourt y Gallegos de 1945 a 1948, para caer, como todos los otros movimientos civiles, víctima de la dictadura militar de Marcos Pérez Jiménez.

El peso de la resistencia contra el dictador Pérez Jiménez, lo llevaron el partido Acción Democrática de Rómulo Betancourt y el PCV. Por eso cuando en 1958 cae la tiranía, los comunistas, aunque comparativamente escuálidos en militancia, emergieron con buena reputación. Y terminan apoyando la candidatura del amable gobernante provisional, Wolfang Larrazabal (Vicealmirante), a la postre derrotado por el civil Rómulo Betancourt.

Hasta ese momento los comunistas eran una parte no traumática del paisaje venezolano. Tenían su periódico “Tribuna Popular”, alguna presencia obrera y bastante en el movimiento estudiantil, un grupo de parlamentarios, el apoyo político y económico de la Unión Soviética, pero en eso llegó Fidel...

Fascinación cubana

La línea decididamente anticomunista de los líderes de la Democracia que arrancaba, Rómulo Betancourt, Raúl Leoni, Carlos Andrés Pérez, Rafael Caldera, Luis Herrera Campins y José Antonio Pérez Díaz, entre otros, desconcertó a los comunistas, incapaces de diseñar y ejecutar una línea creativa para actuar en circunstancias inesperadas.

Fue así como cayeron en la trampa de la táctica guerrillera, financiada, armada, entrenada y alentada por el gobierno comunista cubano de Fidel Castro, que para ese momento, en el marco de la Guerra Fría, tenía el padrinazgo de la Unión Soviética.

Comenzaron el disparate de la lucha armada. Se entregaron al terrorismo cheguevarista. Organizaron una bandas de combate urbanas y rurales ineficaces. Dilapidaron el prestigio que habían amasado por su esfuerzo contra Pérez Jiménez y, como era inevitable, sucumbieron aparatosamente.

Por eso hoy en día, entre los méritos que se le reconocen al presidente Rómulo Betancourt, está el haber sido el único líder que pudo derrotar política y militarmente al déspota Fidel Castro.

Cambio de línea

Después de su derrota guerrillera y sus golpes de estado fracasados (Carupanazo-Porteñazo, mayo y junio de 1967), los comunistas tuvieron que rendirse y, la Democracia fuerte y generosa, les permitió reincorporarse a la vida legal.

Guerillas comunistas en Venezuela.
Guerillas comunistas en Venezuela.

Pero el partido, dogmático, anquilosado en su obediencia al comunismo soviético, incapaz de renovarse, sufrió sucesivas divisiones, la más importante creó al Movimiento al Socialismo (MAS), liderado por Teodoro Petkoff, creyente en un socialismo en libertad.

Entonces, durante el resto de los cuarenta años de Democracia Civil, el PCV vegetó sumiso a Moscù y sin nada que ofrecer a los ciudadanos. Cuando cayó la URSS en las postrimerías del siglo XX, se convirtieron de nuevo en dóciles agentes del comunismo cubano.

Así los encontró la mascarada revolucionaria del teniente coronel golpista Hugo Rafael Chávez Frías. Cuando Chávez se entregó a Fidel Castro, ellos para seguir en la onda cubana, se encaramaron en el vagón de cola del llamado Socialismo del siglo XXI, o neocomunismo, que hoy no logra ocultar su fracaso.

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