En La Habana, Cuba, el Ministro de Relaciones Exteriores, Felipe Pérez Roque, dijo que "fue un verdadero fracaso de Estados Unidos" la aprobación de la resolución. Insistió en que "es una victoria pírrica para Estados Unidos tras un enorme desgaste y un enorme despliegue de recursos".
En Montevideo, Uruguay, el Secretario de Relaciones Exteriores de México, Luis E. Derbez, dijo que México espera que las relaciones con Cuba no se deterioren después que su país votó a favor de la resolución sobre derechos humanos porque, dijo Derbez, "no fue un voto contra Cuba, sino a favor de la resolución".
En Brasilia, Brasil, Marco Aurelio García, asesor especial del presidente Luiz Inacio Lula da Silva, trató de justificar la abstención de Brasil en la votación de Ginebra sobre Cuba, diciendo al diario "Folha de Sao Paulo", que "no reconocemos ni dejamos de reconocer" la existencia de la represión en Cuba, pero que condenar a Cuba "es un acto que tiende a aislar el caso cubano, a politizarlo unilateralmente y que se revela totalmente ineficaz".
En Cuba, la disidencia recibió con satisfacción y mesura el resultado de la votación. "Para nosotros es, desde el punto de vista moral, una gran alegría que hayan sancionado al gobierno totalitario de Cuba", dijo Gisela Delgado, presidenta del proyecto opositor Bibliotecas Independientes. Ella es esposa del activista Héctor Palacios, que cumple sentencia de 25 años de prisión. "De todas maneras creemos que el texto de la resolución es muy moderado y debería haber sido más contundente . . . El gobierno (de Cuba) tendrá que revalorar la situación después de esta advertencia de Naciones Unidas", dijo Delgado.