El clérigo shiíta radical Moktada al-Sadr llegó el viernes a la principal mezquita de Kufa rodeado de hombres armados y seguidores, para pronunciar su sermón semanal a pesar de la lucha intensificada entre su milicia y las fuerzas de Estados Unidos.
Para la ceremonia al-Sadr viajó aproximadamente ocho kilómetros desde sus oficinas en Nayaf hasta la mezquita en Kufa, donde sus simpatizadores canturrearon "¡Nadie puede vencer a al-Sadr!" cuando él llegó. Su automóvil se detuvo enfrente de la puerta del templo y él entró sin pérdida de tiempo.
Cientos de soldados de Estados Unidos ocupan posiciones alrededor de Nayaf y Kufa y en la base que hay en el interior de Nayaf. Su misión consiste en capturar a al-Sadr, cuya milicia Al-Mahdi controla las dos ciudades y la cercana Kerbala.
Los jefes militares americanos dicen que por respeto al viernes, que es un día sagrado de los musulmanes, no tratan de capturar al clérigo en sus viajes entre Nayaf y Kufa.
En su sermón del viernes, al-Sadr juró expulsar de Irak a los americanos mientras en combates en la ciudad cercana de Kerbala morían ocho iraquíes, tres de ellos milicianos suyos.
"No les permitiremos controlarnos. Ustedes serán expulsados tarde o temprano", dijo el clérigo en su sermón.
Se quiere capturar a al-Sadr porque está acusado del asesinato de otro clérigo. Esto ha aislado crecientemente a al-Sadr del resto de la comunidad shiíta, donde otros muchos clérigos están furiosos porque al-Sadr usa como parapetos sitios sagrados.