Ortega dijo que el embajador Roa utiliza un lenguaje irrespetuoso y a veces ofensivo, nunca empleado antes por un embajador de Cuba en la Santa Sede.
El Cardenal ha criticado las políticas económicas y sociales del Gobierno castrista, al decir que socavan a las familias y los valores humanos.
Añadió Ortega que la insinuación repetida por Roa de que la Iglesia en Cuba, por medio de sus obispos, ha respondido siempre a los poderes extranjeros es totalmente novedosa, gratuita y fantasiosa, y en boca del embajador Roa ante la Santa Sede resulta verdaderamente ultrajante.
Según Ortega, en la entrevista Roa habló de tender puentes, pero sus palabras en relación con la Iglesia en Cuba desmienten ese propósito, pues sólo intentan separar a la Iglesia en Cuba de la Santa Sede, separar a los obispos entre los favorables al Gobierno marxista y los pro-estadounidenses y separar a los sacerdotes de los obispos.