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¿Burócratas, espías o sociedad civil?


Burócratas de alto nivel. Junto a Castro, Esteban Lazo (i); Abel Prieto (2 i), Miguel Barnet (d) y Roberto Fernández Retamar (d)
Burócratas de alto nivel. Junto a Castro, Esteban Lazo (i); Abel Prieto (2 i), Miguel Barnet (d) y Roberto Fernández Retamar (d)

De cara a la próxima Cumbre de las Américas se mueven fichas que históricamente dejamos correr, por lo aburridas que son. Pero también pueden ser peligrosas cuando se presentan como Organizaciones No Gubernamentales.

Valdría la pena contabilizar algún día la cantidad de burócratas que hay en Cuba moviendo papeles de un lado a otro. Solo así se podría tener una idea de la magnitud del aparato represor y controlador de la sociedad, por no hablar de improductividad y desvíos de capitales, que eso es punto y aparte.

Los cubanos vivimos acostumbrados a cierta nomenclatura vacua que parecía estar ahí de toda la vida. FMC, CTC, UJC, SEPMI, UPEC, CDR, ICAP, Asociación Hermanos Saiz. Así hasta contar 170 organizaciones, cuyas siglas –por suerte- se escapan de la memoria. Pero ahora el régimen de La Habana parece estar muy atento a este rompecabezas que no por gusto organizó en su día y ha mantenido hasta la fecha. Son sus ONGs, sus “Organizaciones No Gubernamentales”, apelando al formato de agrupación civil sin ánimos de lucro que existe a lo largo de todo el mundo, pero que en el caso de Cuba están muy lejos de ser independientes.

Con la modificación de sus leyes migratorias, entrada en vigor en enero de 2014, la dictadura comenzaba a dejar salir de la isla sus opositores, probablemente obligado por los nuevos rumbos que poco tiempo después tomaría el diferendo cubano-americano. Se las jugaba todas con la salida de los opositores, cuyos líderes comenzaron a hablar en foros internacionales sobre derechos humanos. Quisiéramos pensar que el gobierno de Castro no sospechaba de lo bien preparada que estaba la oposición, de lo diversa que es en aspectos raciales, generacionales, ideológicos incluso. Pero pensar esto sería una ingenuidad.

El régimen se encontraba asfixiado desde la caída del Muro de Berlín. La salida que encontró con Venezuela tuvo que jugar con la muerte de Hugo Chávez, pero sobre todo con otros tiempos de estructura mundial. Ahora Cuba no es una isla cerrada a cal y canto. La nuevas tecnologías, utilizando un término de moda, han empoderado al ciudadano de a pie.

La oposición interna se comunica con el exterior, habla por emisoras de radio alternativas al régimen, redacta sus blogs y, como decíamos, se expresa abiertamente en la arena internacional, para luego regresar a casa. Todo esto es inédito en la larga historia de la dictadura castrista.

La pérdida del miedo y la virtual salida a la calle de manifestantes antisistema (entiéndase el término en el contexto cubano) es la mayor preocupación del autoritarismo tropical instalado allí desde 1959. Una falsa apertura venía ensayándose a cada rato, desde finales de los años 80 con la llegada a Europa oriental de la glasnot y la Perestroika. Que también llegaron a Cuba y hubo un espejismo que rápidamente fue controlado, porque entonces el régimen no quiso entregar el poder. 25 años después, la puerta de hierro que conecta con el mundo vuelve a resquebrajarse.

Palacetes, jardines arreglados y montones de papeles, para vigilar

Por estos días, un personaje gris de la nomenclatura castrista está siendo utilizado otra vez para marcar apariencias. Lo utilizaron para atraer artistas del exilio, como si no hubiera pasado nada. Se trata del extinto ministro de Cultura Abel Prieto, un escritor de poco éxito –salvado por adulones que elogiaron sus novelas y poemas- que ha quedado como asesor del general Raúl Castro.

Prieto está chequeando unas reuniones con delegados oficialistas que irán a la Cumbre de las Américas, entre los días 10 y 11 de abril próximo. Irán, dice el funcionario, representando a la sociedad civil, como si esas organizaciones del estado no fueran políticas y, más que eso, herramientas de control. El objetivo es contrarrestar la denuncia que puedan presentar allí los opositores, los miembros de una verdadera sociedad civil emergente.

"Los cubanos que asistan deben estar muy bien preparados, pues van a encontrar un escenario lastrado que tiene que ver con años de calumnias de que en nuestro país el Estado lo controla todo, que no existe espacio para ningún tipo de sociedad civil", advirtió el asesor de Castro a los edecanes que están preparando.

El ex ministro de Cultura les pidió borrar "esa idea ridícula de una sociedad monolítica, militarizada, totalizada, con la peor retórica de la guerra fría. Esa es, sin dudas, una caricatura de nuestra sociedad", expresó en reuniones recientes.

El régimen organizó comisiones en cuatro paneles, para preparar a 300 participantes en los ocho ejes temáticos del Foro: Gobernabilidad democrática, participación ciudadana, migración y seguridad, energía, medio ambiente, salud y educación.

Por su parte, la ciudadanía de Panamá ha invitado formalmente a la oposición interna cubana y venezolana. Dentro de la isla, según pudimos conocer de voz de algunos organizadores, funcionará un foro paralelo con opositores para reforzar a los que puedan viajar a Panamá. Para lograr asistencia en el istmo, la disidencia ha tenido que viajar con mucho tiempo de antelación, así como burlar ciertos controles de aeropuerto, pues La Habana continúa negando salidas arbitrariamente, bajo una figura jurídica creada junto con la modificación de la ley de inmigración, algo así como negarlas por interés público.

"Va a venir Cuba en toda su diversidad, inclusive personas y organizaciones que expresan (la voz de) la llamada disidencia", dijo a la AFP Rubén Castillo, vocero del comité organizador del foro de la sociedad civil en Panamá.

"Hemos hecho una selección, no en base a criterios políticos, sino en base a la participación y la importancia de organizaciones que se hayan manifestado en distintos temas y eso incluye también a la denominada disidencia", añadió Castillo recientemente.

Por otro lado, En Santiago de Cuba ya se han reunido activistas de Unión Patriótica de Cuba, Alianza Democrática Oriental y Arco Progresista para trazar las pautas informativas y de debate que tendrán lugar simultáneamente en la muy conocida ciudad del oriente cubano. La población podrá acercarse a ellos y será informada debidamente sobre lo que ocurrirá en Panamá en materia de oposición, aseguró a Martí Noticias Carmelo Bermúdez Rosabal, representante allí de Arco Progresista.

Mientras, las bellas casonas de arquitectura diversa que son sede de organizaciones oficialistas, en la capital, estará ocupadas en este viaje, casi seguro que decisivo para el futuro de los cubanos. Esos palacetes con amplios jardines –propiedades incautadas al triunfo de la llamada revolución- no son más que nidos de burocracia donde llegan “delegaciones extranjeras invitadas por el gobierno revolucionario”. O sea, sitios para fiestas y propaganda.

Únicas en recibir mantenimiento a lo largo de 50 años, en contraste con otras que no fueron destinadas a oficinas y se caen a pedazos, los burócratas del anteriormente exclusivo barrio de El Vedado tendrán que ponerse las pilas.

A estas alturas, ya casi nadie cree –a no ser por conveniencia- que el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, por solo citar un ejemplo, sea justamente eso.

Gracias a internet, a la dignidad de algunas personas y al paso del tiempo, el mundo ha podido conocer que las instituciones sociales en Cuba están concebidas para espiar. Figuran muy lejos del auténtico concepto de las ONGs en otros confines, que funcionan con total independencia de los gobiernos.

Después de iniciar el deshielo mediante conversaciones secretas con Estados Unidos, el régimen de la isla se lo juega todo presentándose por primera vez en la Cumbre de las Américas, donde casi seguro se verá de cerca con Barack Obama. Y con la oposición interna.

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    Jorge Ignacio Pérez

    Nació en La Habana en 1965. Luego de ser tanquista en el servicio militar obligatorio, se graduó en la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Habana, en 1992. Trabajó como redactor y fotógrafo de prensa, columnista de teatro y editor en varias publicaciones de la isla. En 2001 se exilió en Barcelona, hasta el año 2012 en que se afincó en Miami, donde reside actualmente. Fue editor del portal on line de asuntos cubanos Cubanet.org. Desde 2007 lleva el blog personal Segunda Naturaleza. Además del libro de memorias Historias de depiladoras y batidoras americanas (Neo Club Press Ediciones, 2014), tiene otro inédito titulado Pasajeros en tránsito.

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